El conocimiento de las enseñanzas de Jesucristo, sus obras y palabras, es decir el encuentro con el Señor Jesús, nos convierte de la condición de esclavos a la condición de hermanos, pues el Hijo de Dios nos hace también a nosotros hijos y cuando un esclavo pasa a ser hijo de Dios entonces es hermano de los hijos de Dios. Nos lo muestra claramente el caso de Onésimo, de quien san Pablo habla muy bien a Filemón al dirigirle una carta, la que hoy nos propone meditar la Liturgia del día en la primera lectura (Flm 7-20). El Apóstol le dice a Filemón "Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido". ¿Quién fue Onésimo? Conozcamos primero a Onésimo, y para esto acudo a una breve biografía que encontré sobre este personaje citado por San Pablo. «Onésimo era esclavo de Filemón, personaje importante de Colosa de Frigia, convertido al cristianismo por San Pablo. Cuando huía de la justicia, después de ha...