El Salmo 84 nos regala una de las imágenes más bellas y esperanzadoras de toda la Escritura: “La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra y la justicia mira desde el cielo.” Este pasaje nos invita a contemplar un momento sublime: el encuentro entre la acción amorosa de Dios y nuestra respuesta como creyentes. De Dios brotan la misericordia y la justicia. Él nos ama con ternura infinita, pero también actúa con rectitud y verdad. Su justicia no es castigo, sino fidelidad a su alianza y al bien que desea para cada uno de nosotros . Ahora bien, hay un punto de encuentro: nuestra fidelidad. Cuando nos esforzamos por ser fieles a su amor, a su Palabra y a su plan para nuestras vidas, ese esfuerzo, por pequeño que parezca, es como una semilla que germina en la tierra. Y entonces sucede algo maravilloso: desde el cielo, Dios responde derramando su justicia y su paz sobre nosotros. La Biblia nos lo recuerda con claridad: “Si somo...