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Mostrando las entradas etiquetadas como Confianza en Dios

¿Cómo puedo encontrarme con la misericordia y la fidelidad de Dios?

El Salmo 84 nos regala una de las imágenes más bellas y esperanzadoras de toda la Escritura: “La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra y la justicia mira desde el cielo.” Este pasaje nos invita a contemplar un momento sublime: el encuentro entre la acción amorosa de Dios y nuestra respuesta como creyentes. De Dios brotan la misericordia y la justicia. Él nos ama con ternura infinita, pero también actúa con rectitud y verdad. Su justicia no es castigo, sino fidelidad a su alianza y al bien que desea para cada uno de nosotros . Ahora bien, hay un punto de encuentro: nuestra fidelidad. Cuando nos esforzamos por ser fieles a su amor, a su Palabra y a su plan para nuestras vidas, ese esfuerzo, por pequeño que parezca, es como una semilla que germina en la tierra. Y entonces sucede algo maravilloso: desde el cielo, Dios responde derramando su justicia y su paz sobre nosotros. La Biblia nos lo recuerda con claridad: “Si somo...

¿Cómo podemos ser hombres y mujeres de Dios?

Para responder a esta pregunta encontramos una clave en la primera lectura que la liturgia nos propone el día de hoy, por lo que será bueno leerla antes de continuar ( Daniel 3: 14 - 20, 91 - 92, 95 ). Luego de hacerlo sigamos... Ser hombres y mujeres de Dios está relacionado al testimonio que debemos dar a los demás, es decir, son los demás quienes deben ver en nosotros, los bautizados, a personas que pertenecemos a Dios, y que lo manifestamos en las decisiones que tomamos, en las acciones que obramos, en las palabras que usamos, en las formas como nos relacionamos, en fin, en todo lo que hacemos. Así, ante la pregunta que nos planteamos ahora en esta meditación ¿Cómo ser hombres y mujeres de Dios? la respuesta, pues, la encontramos en la actitud de Sidrac, Misac y Abdénago. Estos tres personajes se niegan al mandato del rey Nabucodonosor, haciendo una firme opción de no venerar a sus dioses ni adorar la estatua de oro que había hecho, sabiendo que esa decisión implicaba la ...

El árbol plantado junto al agua, la figura del que confía en el Señor

"El que pone su confianza en el Señor, será como un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces". Dice la primera lectura que nos propone hoy la liturgia y está tomada del libro de Jeremías  (Jer 17, 5-10).  En la lectura se presentan tres beneficios para el que practica esta confianza en el Señor. Es bendito. Recibe la bendición, pues el que, por el contrario, confía más en sí mismo, recibe la maldición porque ha apartado su corazón del Señor. El que pone su confianza en Dios recibe bendiciones , será bendito a los ojos de Dios. La lectura plantea una segunda figura: "cuando llega el calor no teme". Ante la intensidad de los rayos del sol, las hojas del árbol pueden comenzar a secarse, sin embargo el árbol plantado junto al agua no tiene por qué "preocuparse" pues aunque sea muy intenso el calor sus hojas estarán siempre verdes . La experiencia de aquél que está siempre junto al Señor será esta, no tiene de qué temer, pues aunque...

Lecciones de Ester: Cómo rezar ante el peligro

La primera lectura que nos propone la liturgia de hoy relata la experiencia de la Reina Ester ante el peligro inminente. Para entender el contexto de esta oración es bueno que repasemos un poco la historia de Ester en este enlace , pues aquí nos dedicaremos a profundizar en algunas lecciones para nuestra vida cotidiana a partir del ejemplo de esta mujer piadosa. En primer lugar nos encontramos con una situación particular y es que la reina Ester teme un peligro inminente. Habiendo conocido un poco más de su historia sabemos que se trata de la amenaza en la que se ve su pueblo, se trata de un peligro de muerte para su pueblo por parte de su perseguidor, el ministro Amán. Entonces Ester descubriéndose necesitada de Dios , dice esta oración... "Señor mío, único rey nuestro. Protégeme, que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti, pues yo misma me he expuesto al peligro. Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor, escogiste a Israel entre las naciones, a ...

Confiemos en el Señor.

En la Liturgia de hoy, jueves después del miércoles de ceniza, nos encontramos con el Salmo 1 que buen consejo nos da para practicar a lo largo del día. Reza la antífona "Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor" luego cada párrafo se encargará de iluminarnos respecto a esta línea. Dirijamos nuestra atención al segundo párrafo: "Será como un árbol / plantado al borde de la acequia: / da fruto en su sazón / y no se marchitan sus hojas; / y cuanto emprende tiene buen fin." De aquí aprenderemos hoy que si ponemos nuestra confianza en el Señor sucederá lo dicho: Seremos como ese árbol, firme, bien nutridos porque está al borde de la acequia. Daremos frutos. Nuestras hojas no se marchitarán. Signo de vida. Y en segundo lugar lo que hagamos hoy tendrá buen fin. Pongamos pues nuestra confianza en el Señor.

El Señor nos libra del mal y nos da la paz

La primera lectura que meditamos hoy ( 2 Samuel 7, 4-17 ) nos muestra que Dios desde que nos ha invitado a una misión no nos ha dejado solos, él siempre ha estado con nosotros. Natán recibe de Dios una visión en la que le da un mensaje para David. En primer lugar dice Dios "Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel". Sobre esta línea podemos reflexionar acerca de aquello que Dios hace con nosotros, pues en un momento de nuestras vidas Él también nos ha llamado y en ése encuentro, el cual seguramente guardamos en el corazón, nos hemos experimentado salvados y llamados a una nueva misión. Este camino, el de seguir al Señor, seguir el llamado o la invitación que él nos ha hecho, no es sencillo, tiene momentos de dificultad, momentos de crisis, de duda, inseguridad, y en medio de este camino esta lectura nos da muchas luces, porque en medio de estas experiencias el Señor nos acompaña, nos libra del mal que nos acecha y nos...

Invoquemos al Señor

No pocas veces en nuestra vida atravesamos por momentos de aflicción, momentos difíciles en los que tenemos que dar testimonio de lo que creemos, pero cuesta, no es algo sencillo, el ánimo nos juega en contra, nos desalentamos, se presentan en el camino otras ofertas y muchas veces no sabemos cómo asumir y llevar este momento. El Señor nos da hoy una clave en el salmo que propone la liturgia de hoy. "Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha", dice la antífona. Y efectivamente se presenta como algo que debemos hacer: Invocar al Señor, el mismo salmo nos propone "consultar" cuando dice en una de sus estrofas "yo consulté al Señor y me respondió, me libró de todas mis ansias". Debemos considerar a Jesús en nuestras dificultades, consultarle, hablarle, para esto nos ayudará ir a visitarlo a una capilla y arrodillarnos o sentarnos a conversar con él, contarle lo que nos sucede, nuestros problemas, como bien dice este salmo, él nos responderá, y nos ...

Ninguna cosa es imposible para Dios

Con la Resurrección el Señor Jesús nos ha fortalecido nuestra debilidad, nuestra poca fe en él, nos ha dicho que todo lo que nos había enseñado es la verdad que viene de Dios, como disipó el miedo, el temor de los discípulos, lo ha hecho con nosotros, respondiendo a nuestra incredulidad. Él ha resucitado como lo había dicho. Hoy, en la liturgia peruana, se nos presenta lecturas de la solemnidad de la anunciación del Señor, pasadas para esta fecha porque cayeron en semana santa. En fin. A Santa María el ángel Gabriel que se le presenta en la anunciación, como leemos en el Evangelio (San Lucas 1, 26-35) le dice "porque ninguna cosa es imposible para Dios", luego de haberle contado acerca de Isabel, la prima de María, quien ya anciana daría a Luz también a un niño, aquella a quien llamaban estéril. El Señor nos invita hoy a creer y tener fe en él, teniendo además este dato dado por el ángel por el cual nuestra fe se debe fortalecer más, pues hemos de saber siempre que nada e...

Oración del Señor por sus discípulos

Los que están con el Señor tienen la oración del Señor.  En el Evangelio de hoy Domingo de Ramos podemos ver cuando el Señor Jesús le dice a Pedro que Satanás había pedido poder para zarandearlos como el trigo, y seguidamente le dice "pero yo he rogado por tí, para que no te falte la fe". Es el mismo Jesucristo que reza por aquél que ha decidido seguir al Señor. Sabemos que Simón, Pedro, niega al Señor tres veces. Habiendo sido de los que, efectivamente, estuvieron siempre con Jesús, uno de sus discípulos, como le dijeron, él negó esa verdad, y luego llora amargamente al escuchar que el gallo cantaba tres veces. Hay una cita de las palabras del Señor en el Evangelio de San Lucas que es muy iluminador, pues Jesús le dice a Pedro "Y tú, después que hayas vuelto, confirma a tus hermanos", y es que luego de esta crisis por la que Pedro atraviesa, regresará, y ya tiene una misión encomendada por el Señor Jesús, debe confirmar a sus hermanos, ayudarlos a fortalecer la f...

¿En quién ponemos nuestra confianza?

En la última parte del Evangelio de hoy (Lc 11, 14-23) el Señor Jesús dice: " Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama ." Y en esto, por supuesto, encontramos una enseñanza. Muchas veces nos fiamos de nuestras propias fuerzas,  y nos vemos fuertes y bien armados, con esto protegemos nosotros mismos nuestra casa, pensamos que con eso basta, nos sabemos seguros, pero efectivamente no consideramos la posibilidad de algo que venga en contra nuestra y que sea más fuerte, por lo tanto nos vence y tira abajo todas nuestras seguridades, viene el más fuerte y nos quita las armas de las que nos fiamos, entonces ¿qué haremos? La respuesta la da el mismo Señor cuando dice: " el que no está conmigo ", efectivamente nos toca "estar con él", nuestra segu...

Descansar y desahogar nuestros corazones

En las vísperas de hoy nos encontraremos con esta estrofa que les presentaré a continuación, meditando el salmo 61, dice:  "Descansa sólo en Dios, alma mía, porque él es mi esperanza; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré. Pueblo suyo, confiad en él, desahogad ante él vuestro corazón, que Dios es nuestro refugio." Sabemos que como  buscadores que somos, por más que intentemos buscar la paz en muchos lados no lo encontraremos sino en Dios, esto es verdadero, personas que han buscado en muchas experiencias lo confirman, su búsqueda ha sido saciada al encontrarse con Jesucristo. Entonces mi espíritu verdaderamente descansará estando con él. Él es mi salvación. Por otro lado, el corazón del buscador se llena de muchas experiencias en el camino de la búsqueda, y éste buscador debe desahogar su corazón, y lo debe hacer con aquél que conozca su corazón hasta lo más profundo. Ése es el Señor Jesús. Debemos confiar y dar el paso, D...

El Señor nos protege

Que el Señor protege el camino de aquellos que se esfuerzan por ser santos, por cumplir su plan, es una realidad que los cristianos, en medio de las dificultades que se presentan, muchas veces olvidamos. Y sí, nos lo recuerda el salmo 1, que meditamos hoy, cuando dice "el Señor protege el camino de los justos". Así es hermanos, el Señor nos protege, y hay que recordarlo, debemos acudir a él a pedirle auxilio en medio de las dificultades y obstáculos que encontremos en nuestra peregrinación a la Patria Celestial. Algunas oraciones que podemos rezarle a manera de jaculatoria pueden ser: "Protege mi camino Señor", "Auxíliame Señor en las dificultades".

Como lo dijo, Él está siempre con nosotros

El Señor Jesús le dijo a sus apóstoles, y en ellos también a nosotros, que estaría con ellos hasta el fin de los tiempos. El salmo de hoy, en su última estrofa nos ayuda a recordar este pasaje cuando dice "El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan". Hay que pasar por algunas tormentas, como los discípulos del Señor, para entender mejor estas palabras del salmo 144. Es difícil confiar cuando estamos en una pequeña barca en medio de un mar agitado y movido, justamente allí también el Señor nos pregunta "¿Por qué tienen miedo?" y debería continuar: si están conmigo. Aunque lo que veían sus ojos es que el Señor dormía en la barca mientras sucedía la tormenta. Así sucede también hoy, nuestros sentidos en un momento de tormenta no perciben al Señor, no perciben su presencia, nos asustamos, nos da miedo, podemos saber que está allí, pero lo percibimos "dormido", incluso renegamos preguntando ¿Por qué no haces algo? ¿Hasta cuándo se...

El Señor nos conoce ¿dejamos que él nos guíe a la santidad?

Hoy, jueves eucarístico, el Señor nos regala en la liturgia de la Palabra, a través del salmo, algunas direcciones para la oración ante él, expuesto a nuestros ojos en la santísima eucaristía, encontraremos lo señalado en la primera y la última estrofa del salmo. Meditemos pues estas estrofas. Señor, tú me sondeas y me conoces; / me conoces cuando me siento o me levanto, / de lejos penetras mis pensamientos; / distingues mi camino y mi descanso, / todas mis sendas te son familiares. R.  Él nos conoce, ciertamente, y la palabra sondear es una conjugación de sondar que significa hacer las primeras averiguaciones sobre alguien o algo, en este sentido el Señor Jesús sondea nuestro pensamiento porque los penetra, partiendo de esta premisa ¿cómo no acercarnos a aquél que me conoce a tal punto? ¿cómo no dirigirme a él para preguntarle si lo que hago está bien, si voy por el camino que él ha trazado para mí? Esta primera estrofa puede hoy ser la introducción a nuestras oraciones persona...