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Mostrando las entradas etiquetadas como Bondad

¿Es Dios nuestro bien?

"Tú eres mi Señor: mi bien, nada hay fuera de ti" rezamos en el segundo versículo del salmo 16 (15) que la liturgia nos propone hoy. Estas palabras nos la podemos plantear en una pregunta hoy ¿Es el Señor nuestro bien?  Para decir que Dios es nuestro bien primero debemos reconocer que solo Él es bueno y que sólo en Él podemos encontrar el bien, que toda obra suya es buena,  "Vio Dios cuanto había hecho y era muy bueno" (Gen 1, 31). Cuando a Jesús le dicen "Maestro bueno" Él responde "¿Porque me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo Dios" (Mc 10, 18). En las sagradas escrituras podemos descubrir el bien que Dios hizo a su pueblo amado, al pueblo que incluso en los momentos que persiguió el mal, fue perdonado, salvado, rescatado y guiado constantemente hacia aquello que era el bien para ellos.  Vemos también en sus páginas que aquellos que buscan practicar el bien no están libres de sufrimientos, y es así como descubren que después de la experien...

Qué bueno es el Señor

Muchos motivos hay para agradecer la bondad del Señor. Aquí uno más. Sucede que cuando lo buscamos, sea con un grito o un susurro él nos escucha. Estos gritos o susurros que manifiestas nuestras inquietudes o desesperaciones frente a diversas generan en nosotros angustias, el salmo 33 nos sigue dando luces, pues frente a lo anterior nos dice que el Señor nos libera de esas angustias. Por último agradezcamos a Dios pues él está cerca de nosotros cuando pasamos por tribulaciones, él nos salva cuando estamos abatidos, cuando suframos males allí está él para ayudarnos.

Él nos muestra el camino

Definitivamente el Señor es bondadoso y especialmente en este tiempo de cuaresma nos evidencia el amor que nos tiene al mostrarnos siempre el camino al estar extraviados, como lo señala hoy el salmo "muestra el camino a los extraviados". Así es Él con nosotros sus hijos. Y continuando con lo dicho por el salmista "él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres". Entonces al vivir esta experiencia propia del cristiano -que a veces se extravía como la oveja que busca otros caminos- Dios es el que sale al encuentro , como buen pastor, mostrando cuál es el camino que aquél perdido, debe seguir. Esto nos enseña que en medio de esta experiencia lo primero que debemos hacer es buscar su rostro, buscarlo, para pedirle ayuda, pedirle que nos oriente, nos guíe nuevamente hacia su camino. En éste, nos enseña y nos educa para que obremos rectamente.

Lo que nos dice la historia de Lázaro

"Hijo mío, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora encuentra él aquí su consuelo y tú, el tormento" le contesta Abraham al rico que clama por una gota de agua que refresque su lengua. Esto que el Señor Jesús dice a los fariseos es fuerte y remece. Especialmente con esta parte que ahora meditamos nos podríamos preguntar ¿Qué hacemos con los bienes que de Dios recibimos? El Señor describe al pobre como una persona que no tiene para alimentarse y que busca comer de lo que le sobra al rico, un hombre con llagas y que según relata la historia los perros iban a lamer sus llagas. De ése pobre hombre el Señor asegura su futuro en donde su hambre y sed serán colmados. La persona en cuestión es aquél que tiene bienes y que los ha recibido para compartirlo con los demás pero no lo hace ¿Qué hacemos con los bienes que tenemos? El rico no es capaz de ver la necesidad de aquel que está en su puerta, más bien se preocupaba por tener cada día ...

Aprendiendo a obrar el bien

El bien no es fácil obrarlo hay que aprender a hacerlo, como bien nos enseña la primera lectura de la liturgia de hoy. En boca del profeta Isaías, Dios habla al pueblo de Sodoma y Gomorra ""Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien ; buscad el derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda." Para actuar bien, vivir rectamente, implica que como hemos leído, apartemos de nosotros las malas acciones, que cesemos de obrar el mal, éste es un primer ejercicio revisarnos cotidianamente, ver nuestras malas acciones, pedir perdón y esforzarnos por que no las volvamos a cometer. No es fácil, como se lee aquí, pero tome el tiempo que tome será el proceso por que el que pasaremos. Despojarnos del mal. De manera paralela o en segundo lugar, como se prefiera ver, obremos la caridad, vivamos según el amor indique, esto es, como menciona la lectura "socorriendo al oprimido, defendiendo ...

¿Cómo vivir la misericordia?

Hace poco el Señor nos daba la lección de amar a nuestros enemigos, En el Evangelio que meditamos hoy, Jesucristo nos muestra una clave para saber cómo debemos ser en nuestras relaciones con los demás, seguimos en la vivencia de la caridad, mandamiento máximo del Señor para nosotros. Bien, nos da hoy esta pauta para nuestra vida cotidiana: "la medida con que ustedes midan se usará también para ustedes" . Y en los versículos anteriores nos pide que seamos misericordiosos con los demás, señalándonos que esto implica no juzgar, no condenar, perdonar y dar. Ante la pauta que el Señor nos da hoy valdría preguntarnos en todo momento frente a estas circunstancias ¿Me gustaría que me hagan esto que estoy haciendo? o podemos plantearlo así: "debo tratar a los demás como me gustaría que me traten a mí". No juzgar y no condenar , veámoslo con algunas preguntas: Juzgar ¿Tengo autoridad para hacerlo? ¿Quién soy yo para juzgar a los demás? Condenar ¿Me he ocupado de la viga q...

Dios realmente nos ama y nos quiere salvar

Hacer memoria de nuestras malas acciones nos lleva a ser conscientes de nuestra fragilidad, este ejercicio es recto cuando está iluminado por la memoria de la acción bondadosa de Dios en nuestras vidas permitiéndonos entender que Dios nos quiere infinitamente, él tiene mucho amor por nosotros y nos quiere salvar, como dice san Pablo a Tito "no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia". Esto nos ayuda amonestándonos y alentándonos a ser obedientes, a estar prontos para toda obra buena, a no injuriar, a ser apacibles, a mostrar mansedumbre con todos los hombres, en últimas a asumir el esfuerzo que implica la caridad. En la primera lectura de hoy san Pablo le dice a Tito: "Porque antes también nosotros, con nuestra insensatez y obstinación, íbamos fuera de camino; éramos esclavos de pasiones y placeres de todo género, nos pasábamos la vida fastidiando y comidos de envidia, éramos insoportables y nos odiábamos unos a otros". Vem...