¿Cómo vivir la misericordia?
Hace poco el Señor nos daba la lección de amar a nuestros enemigos, En el Evangelio que meditamos hoy, Jesucristo nos muestra una clave para saber cómo debemos ser en nuestras relaciones con los demás, seguimos en la vivencia de la caridad, mandamiento máximo del Señor para nosotros. Bien, nos da hoy esta pauta para nuestra vida cotidiana: "la medida con que ustedes midan se usará también para ustedes". Y en los versículos anteriores nos pide que seamos misericordiosos con los demás, señalándonos que esto implica no juzgar, no condenar, perdonar y dar.
Ante la pauta que el Señor nos da hoy valdría preguntarnos en todo momento frente a estas circunstancias ¿Me gustaría que me hagan esto que estoy haciendo? o podemos plantearlo así: "debo tratar a los demás como me gustaría que me traten a mí".
No juzgar y no condenar, veámoslo con algunas preguntas: Juzgar ¿Tengo autoridad para hacerlo? ¿Quién soy yo para juzgar a los demás? Condenar ¿Me he ocupado de la viga que tengo en mis ojos antes de reprobar al otro? El Evangelio nos traza un camino previo enseñándonos que antes de juzgar a los demás primero nos ocupemos de nosotros mismos. Hoy nos dice "no juzguen y no serán juzgados, no condenen y no serán condenados". Recordemos estas palabras como pauta de acción para las distintas circunstancias en las que estemos.
El Evangelio también nos pide que vivamos el perdón y la generosidad (dar), nos toca pues aprender a perdonar y a dar porque al hacerlo también nosotros seremos perdonados y recibiremos. Hagamos pues el esfuerzo de practicar hoy el ejercicio de vivir la misericordia que el Señor Jesús nos pide en este Evangelio.
Ante la pauta que el Señor nos da hoy valdría preguntarnos en todo momento frente a estas circunstancias ¿Me gustaría que me hagan esto que estoy haciendo? o podemos plantearlo así: "debo tratar a los demás como me gustaría que me traten a mí".
No juzgar y no condenar, veámoslo con algunas preguntas: Juzgar ¿Tengo autoridad para hacerlo? ¿Quién soy yo para juzgar a los demás? Condenar ¿Me he ocupado de la viga que tengo en mis ojos antes de reprobar al otro? El Evangelio nos traza un camino previo enseñándonos que antes de juzgar a los demás primero nos ocupemos de nosotros mismos. Hoy nos dice "no juzguen y no serán juzgados, no condenen y no serán condenados". Recordemos estas palabras como pauta de acción para las distintas circunstancias en las que estemos.
El Evangelio también nos pide que vivamos el perdón y la generosidad (dar), nos toca pues aprender a perdonar y a dar porque al hacerlo también nosotros seremos perdonados y recibiremos. Hagamos pues el esfuerzo de practicar hoy el ejercicio de vivir la misericordia que el Señor Jesús nos pide en este Evangelio.
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