Aprendiendo a obrar el bien

El bien no es fácil obrarlo hay que aprender a hacerlo, como bien nos enseña la primera lectura de la liturgia de hoy. En boca del profeta Isaías, Dios habla al pueblo de Sodoma y Gomorra ""Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda."

Para actuar bien, vivir rectamente, implica que como hemos leído, apartemos de nosotros las malas acciones, que cesemos de obrar el mal, éste es un primer ejercicio revisarnos cotidianamente, ver nuestras malas acciones, pedir perdón y esforzarnos por que no las volvamos a cometer. No es fácil, como se lee aquí, pero tome el tiempo que tome será el proceso por que el que pasaremos. Despojarnos del mal.

De manera paralela o en segundo lugar, como se prefiera ver, obremos la caridad, vivamos según el amor indique, esto es, como menciona la lectura "socorriendo al oprimido, defendiendo al huérfano, protegiendo a las viudas", etc. El bien no debe quedarse en deseo, debe concretarse, debemos practicarlo de alguna manera con nuestro prójimo, sobre todo con los más necesitados.

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