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Mostrando las entradas etiquetadas como Providencia

Ninguna cosa es imposible para Dios

Con la Resurrección el Señor Jesús nos ha fortalecido nuestra debilidad, nuestra poca fe en él, nos ha dicho que todo lo que nos había enseñado es la verdad que viene de Dios, como disipó el miedo, el temor de los discípulos, lo ha hecho con nosotros, respondiendo a nuestra incredulidad. Él ha resucitado como lo había dicho. Hoy, en la liturgia peruana, se nos presenta lecturas de la solemnidad de la anunciación del Señor, pasadas para esta fecha porque cayeron en semana santa. En fin. A Santa María el ángel Gabriel que se le presenta en la anunciación, como leemos en el Evangelio (San Lucas 1, 26-35) le dice "porque ninguna cosa es imposible para Dios", luego de haberle contado acerca de Isabel, la prima de María, quien ya anciana daría a Luz también a un niño, aquella a quien llamaban estéril. El Señor nos invita hoy a creer y tener fe en él, teniendo además este dato dado por el ángel por el cual nuestra fe se debe fortalecer más, pues hemos de saber siempre que nada e...

Nada que nos aparte de él y nada que lo ofenda

En la primera lectura que la liturgia nos propone hoy nos encontramos, hacia el final, con esta frase... «dame tan sólo lo necesario para vivir, no sea que la abundancia me aparte de ti y me haga olvidarte; no sea que la pobreza me obligue a robar y me lleve a ofenderte». Vemos que el centro sobre el que gira la idea es el Señor Jesús, esta es una buena clave que nos ofrece proverbios para aprender a poner en todas nuestras cosas a Cristo como centro. Se trata de buscar siempre que nada nos aparte del Señor y que nada nos lleve a hacer algo que lo ofenda. En este sentido la oración reza pidiendo que Dios no les conceda abundancia de tal manera que a causa de ella terminen apartándose del Señor y tampoco pobreza porque la necesidad puede conducir a hacer cosas que sean inmorales, con el fin de sobrevivir, la lectura propone por ejemplo el robo. Nuestra oración de petición y de acción debe darse teniendo como esencia que nada nos aparte del Señor y que por nada lo ofendamos.