En tanto van pasando los años aprendemos que el peso en la vida no es únicamente físico, no sólo se mide en kilos, es decir esa fuerza gravitatoria que actúa sobre un objeto cualquiera. Aprendemos que hay un peso que se carga y es invisible, nadie lo ve pero el que lo carga sí que lo siente, y ejerce una presión sobre su vida toda. Jesús, en el Evangelio de hoy [Jn 16, 12-15] nos muestra cómo se ocupa de nosotros cuando dice "Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello" (V. 12). Les dice no pueden cargar con ese peso en este momento, no están preparados aún. Una persona que se ocupa de otros aprende a medir con qué peso puede cargar cada uno, por ejemplo la mamá o el papá que viendo a sus hijos pequeños sabe qué temas aún no pueden comprender porque no están preparados, aprende a conocer en ellos con qué peso pueden ir cargando según la edad que tienen. Pero la vida tiene estos pesos que no se anuncian como las dificultades que aparecen en el camino, los d...