La primera lectura que nos propone la liturgia de hoy relata la experiencia de la Reina Ester ante el peligro inminente. Para entender el contexto de esta oración es bueno que repasemos un poco la historia de Ester en este enlace, pues aquí nos dedicaremos a profundizar en algunas lecciones para nuestra vida cotidiana a partir del ejemplo de esta mujer piadosa.
En primer lugar nos encontramos con una situación particular y es que la reina Ester teme un peligro inminente. Habiendo conocido un poco más de su historia sabemos que se trata de la amenaza en la que se ve su pueblo, se trata de un peligro de muerte para su pueblo por parte de su perseguidor, el ministro Amán. Entonces Ester descubriéndose necesitada de Dios, dice esta oración...
"Señor mío, único rey nuestro. Protégeme, que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti, pues yo misma me he expuesto al peligro. Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor, escogiste a Israel entre las naciones, a nuestros padres entre todos sus antepasados, para ser tu heredad perpetua; y les cumpliste lo que habías prometido. Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación, y dame valor, Señor, rey de los dioses y señor de poderosos. Pon en mi boca un discurso acertado cuando tenga que hablar al león; haz que cambie y aborrezca a nuestro enemigo, para que perezca con todos sus cómplices. A nosotros, líbranos con tu mano; y a mí, que no tengo otro auxilio fuera de ti, protégeme tú, Señor, que lo sabes todo".
Protégeme que estoy sola
En muchos momentos de nuestra vida cotidiana descubrimos la experiencia de estar solos, no hablamos aquí de estar sin ninguna persona al costado, sino a experimentar esa soledad en el combate. Experimentarnos solos en la lucha por vivir cristianamente. Por ejemplo en el ámbito laboral.Aquí tenemos una fórmula para acercarnos al Señor pidiendo protección. Pero la súplica debe ir acompañada de esa experiencia personal, humilde, como en el caso de Ester, de descubrirse sola en ese momento en el que tiene que enfrentar una situación de peligro.
Sucede también que en ocasiones nos exponemos al peligro, ya sea por imprudentes o porque queremos hacer algo bueno por otros que pasará por exponernos a algunos peligros. En ambas experiencias debemos dirigirnos al Señor con esta oración "Protégeme Señor".
Sucede también que en ocasiones nos exponemos al peligro, ya sea por imprudentes o porque queremos hacer algo bueno por otros que pasará por exponernos a algunos peligros. En ambas experiencias debemos dirigirnos al Señor con esta oración "Protégeme Señor".
- ¿En qué áreas de mi vida me he sentido solo o desamparado recientemente?
- ¿Cómo suelo reaccionar ante estas experiencias de soledad? ¿Busco al Señor o intento resolverlas por mi cuenta?
- ¿He experimentado la compañía de Dios en momentos en los que sentí que nadie más estaba conmigo?
No tengo otro defensor fuera de ti
Al revisar en los Evangelios los pasajes sobre los encuentros que tuvo el Señor Jesús con los enfermos, nos damos cuenta que los que se acercaban a Él lo hacían con mucha fe y ante ello el Señor les respondía palabras como "tu fe te ha curado". Asimismo, en el pasaje que estamos meditando, Ester nos muestra que es consciente de que sólo Dios la puede defender y tiene fe en esto que cree. Entonces reza: "no tengo otro defensor".- ¿Qué cosas o personas tiendo a buscar como "defensores" antes de recurrir a Dios?
- ¿Qué significa para mí tener a Dios como mi único defensor?
- ¿Puedo recordar alguna situación en la que confié en Dios y sentí su protección?
Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia...
La línea que comienza con estas palabras es muy hermosa, pues ilumina a la realidad familiar, sobre todo a los padres, pues deben ser conscientes de la importancia de cultivar la memoria de la Sagrada Escritura en la familia, la historia de la Salvación, pues allí es donde los hijos aprenden de sus padres, en donde escuchan lo que Dios hizo por su pueblo amado, y notemos la importancia que esto tiene para Ester.
- ¿Qué enseñanzas de fe he recibido de mi familia que me han marcado profundamente?
- ¿Cómo puedo transmitir la memoria de la fe a los miembros más jóvenes de mi familia o a quienes me rodean?
- ¿Qué historia bíblica o testimonio de fe ha impactado mi vida y por qué?
Muéstrate a nosotros en la tribulación y dame valor, Señor
Se trata pues de un momento de persecución, es la tribulación en la que se ve inmersa la reina Ester junto a todo su pueblo, y reza de esta manera, le pide al Señor que se muestre ante ellos.
Es una oración que por ejemplo la puede rezar una familia, en la cual los padres piden a Dios que se muestre ante ellos y también piden que les de valor porque lo necesitan. No es fácil vivir cristianamente ante un mundo que constantemente rechaza los valores cristianos con mucha radicalidad, necesitamos valor.
- ¿Qué "tribulaciones" enfrento hoy como cristiano en mi entorno laboral, familiar o social?
- ¿He pedido a Dios que se manifieste en medio de estas dificultades?
- ¿Qué significa para mí vivir con valentía cristiana en un mundo que a menudo rechaza los valores del Evangelio?
Pon en mi boca un discurso acertado cuando tenga que hablar al león
Terminando su oración, se descubre necesitada frente al momento en el que sabe que para proteger a su pueblo se encontrará con el león, en el cual sabe que para luchar por la vida de su pueblo será como nadar contracorriente, como sucede también hoy en el mundo en donde debemos ser cristianos y para serlo tenemos también que ir contracorriente.
Ella pide en este caso, acierto en sus palabras, un discurso acertado cuando tenga que enfrentar al león. Esto nos enseña que por defender nuestros valores cristianos en los ambientes en donde nos encontramos debemos también pedir esto al Señor, un discurso acertado.
- ¿Qué situaciones me han hecho sentir como "enfrentándome al león" por defender mi fe o mis valores?
- ¿Dedico tiempo a pedir sabiduría a Dios antes de tomar decisiones o hablar en momentos difíciles?
- ¿Cómo puedo prepararme mejor para enfrentar los desafíos con palabras llenas de verdad y amor?
A nosotros, líbranos con tu mano; y a mí, que no tengo otro auxilio fuera de ti, protégeme tú, Señor
Finalmente, pide que sea Él, Dios, quien los libere, y renueva la súplica de protección. Con lo que nos queda claro la piedad que vive Ester y que se expresa en esta hermosa oración. La que nos ha iluminado para saber como rezarle a nuestro Señor cuando experimentemos estar solos ante el peligro.
Quédate con esta oración que la puedes usar como jaculatoria en el momento que más lo necesites: "Protégeme, que estoy solo (a) y no tengo otro defensor fuera de ti".
Regálate un momento con Dios
Escribe tu propia oración como Ester: Tómate unos minutos para escribir una oración personal dirigida al Señor. Puedes seguir esta pauta:
- Haz una súplica pidiendo su protección.
- Manifiesta la confianza en que Dios es tu único defensor.
- Una petición específica para la situación que estás viviendo.
- Palabras de gratitud por su fidelidad en tu vida.
Comentarios
Publicar un comentario