"Que se convierta cada cual de su mala vida" (Jonás 3, 8) es el pedido del rey de Nínive a su pueblo por decreto.
El mensaje de Jonás y la respuesta del pueblo
La lectura nos presenta el pasaje en el que Jonás anuncia a Nínive su inminente destrucción en cuarenta días, llamando a la conversión (Jonás 3, 1-10). Sorprendentemente, el propio rey respalda este mensaje e insta al pueblo a cambiar su mala vida.
Dios ve nuestro esfuerzo por cambiar
Un detalle clave es que Dios observa el esfuerzo sincero de los ninivitas por cambiar y, conmovido por su arrepentimiento, decide perdonarlos.
Dos claves para una conversión auténtica
Debemos esforzarnos en dos aspectos fundamentales de la conversión:
- Cambiar nuestra mala conducta y abrir nuestro corazón al Señor Jesús.
- Hacerlo con autenticidad, no para ser vistos por los demás, sino para que Dios sea testigo de nuestro esfuerzo.
¡Buena Cuaresma!
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