Renunciar, cargar nuestra cruz y seguir a Cristo.

El Evangelio según San Lucas (9, 22-25) que leemos hoy jueves después del miércoles de ceniza, nos muestra tres elementos que debemos vivir en este tiempo de cuaresma, tiempo de conversión.
«Y, dirigiéndose a todos, dijo: "El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo».
Aquí Jesucristo nos indica en primer lugar debemos negarnos, es decir renunciar a nuestros gustos, a hacer las cosas porque sencillamente nos gustan, sin discernir que sea lo que Dios quiera para nosotros, entendiendo claro que el Plan de Dios para mi vida es mi felicidad.

En segundo lugar nos pide cargar nuestra cruz cada día, y no es fácil, debemos aprender a hacerlo, cada día probablemente descubramos que necesitamos aprender o habituarnos a ciertas virtudes para que nos ayuden a cargar nuestra cruz con amor, como la paciencia, la docilidad, la obediencia, la mansedumbre, etc. Debemos considerar, humildemente, que no sabemos cargar nuestra cruz y es por esto que debemos pedir ayuda, al Señor en primera instancia, a la Virgen María que acompañó a su Hijo en este momento del Vía Crucis, a los santos nuestros amigos, y también a otras personas más adelantadas en la vida cristiana que nosotros. Pidamos consejo, pidamos ayuda.

Y finalmente seguir a Cristo, esta cuaresma la debemos caminar con el Señor Jesús, debemos seguirlo, él es nuestro Maestro, dejemos que él nos enseñe como vivir la vida que nos pide vivir para alcanzar la salvación.

Que tengan un buen segundo día de cuaresma.

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