En el ajetreo de la vida diaria, es fácil sentir que hay una distancia entre nosotros y Dios. Las caídas, las dudas y las dificultades pueden hacernos preguntarnos: “¿Puedo acercarme a Dios tal como soy?”. La respuesta es clara en la Sagrada Escritura: Cristo nos ha abierto el camino hacia el Padre, y podemos acercarnos con confianza y sinceridad . 1. Un camino abierto para todos: Dios te espera sin condiciones En Hebreos 10,19-20 se nos recuerda: "Teniendo libertad para entrar en el santuario, en virtud de la sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne." Este versículo nos enseña que, gracias a Cristo, el acceso a Dios ya no está limitado a unos pocos. No necesitamos ser perfectos para acercarnos a Él. Dios te recibe tal como eres, con tus dudas, temores y dificultades . No dejes que la culpa o el miedo te alejen de su amor . Reza con sinceridad, confiando en que Dios te escucha. La cercan...