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Mostrando entradas de septiembre, 2011

Viviendo dignamente la vocación a la que hemos sido llamados

Reflexionemos sobre algunas lecciones de la primera lectura que nos propone la liturgia en este día, en el que celebramos a San Mateo, apóstol y evangelista. Tomado de Efesios 4 1 Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, 2 con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor,   Vivir de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados... Caminar en medio de las responsabilidades y diversas acciones a las que uno está comprometido podría perder el rumbo en tanto lo hecho no responda en actos concretos a la vocación a la que hemos sido llamados. Buena invitación nos hace San Pablo, tener presente que mi vida debe reflejar la vocación que tengo, y debo vivir cada día dignamente según tal llamado. Virtudes implicadas en la vivencia de mi vocación "Humildad, mansedumbre y paciencia" luego dice: "soportándoos unos a otros por amor". Atendamos br...

Mi madre y mis hermanos

«Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen». Nuevamente el Señor llama nuestra atención respecto a la fórmula oír la Palabra de Dios y ponerla en obra. Son dos aspectos, escuchar y obrar. Oír la Palabra   El Señor Jesús nos va hablando a través de la Sagrada Escritura, nos va guiando, va conduciéndonos como lo hacía con el Pueblo de Israel, en el día con la columna de nube y en la noche con la columna de fuego, así el Señor ahora nos orienta, nos da pautas sobre lo necesario para nuestra vida, sea para compartir la alegría que vivimos con los demás o para enfrentar obstáculos en el camino. Él nos da las orientaciones que necesitamos. Implica de nuestra parte atención, escucha, silencio interior, para verdaderamente escuchar con atención. Es necesario meditar su Palabra todos los días.  Poner por obra   Luego de haber escuchado lo que el Señor nos dice, luego de haber meditado su Palabra, esta experiencia nos conduce a ...

Buscadores del Señor

"Busquen al Señor" comienza diciendo Isaías en la primera lectura de hoy, y la antífona del salmo apoya la idea invitándonos a rezar: "Cerca está el Señor de los que lo invocan". Buscar al Señor debe ser mi meta diaria, desde que me levanto buscarlo y rezarle para estar en sintonía con el Plan que Él tiene para mí en este día. Pero ¿en dónde lo busco? ¿Cómo? El salmo nos da la clave, en primer lugar, invocándolo, tengo que estar en un espacio y momento de oración en mi día, tengo que invocar allí al Señor, hacerlo sinceramente, pedirle que esté cerca de mí, que él me guíe en todo lo que tenga y deba hacer en ese día, sea en el trabajo, estudio, diversas actividades que me corresponden. Luego de haberlo buscado, primero, en los espacios privilegiados (los sacramentos, la oración, en el Sagrario), lo busco en los demás... Pues el Señor se manifiesta a través de mis hermanos, en tanto ellos estén en su presencia, sean hombres de Dios, entonces él también me habla a...

«Sácame Señor de la red que me han tendido»

En el Salmo que meditamos hoy... 5 Sácame de la red que me han tendido, que tú eres mi refugio; 6 en tus manos mi espíritu encomiendo, tú, Yahveh, me rescatas. En este par de versículos del Salmo 30, se canta esta súplica al Señor. Sácame de la red que me han tendido. Petición que remite inmediatamente a alguien que nos tiende una red para hacernos daño, pues pide el salmista que lo saquen de esa red en la que además se ve envuelto. ¿Acaso no nos ha pasado? Hay veces en las que percibimos que el mal que nos rodea es como una red que nos tienden para que caigamos, las tentaciones, nuestras fragilidades, nuestra voluntad afectada, y si caídos estamos, es cuando debemos suplicar con fuerza y esperanza en el Señor: "Sácame de la red que me han tendido, tú eres mi refugio". Rápidamente encomendarnos a él, pues él es quien nos rescatará. Se convierte entonces en una buena jaculatoria: "Sácame de la red que me han tendido, ...tú eres mi refugio, ...tú me rescatas".

La oración por todos los hombres

Nos ubicamos hoy en la primera carta del apóstol San Pablo a Timoteo, en la primera lectura que toca en este día (1Tim 2, 1-8). "Querido hermano" le dice el Apóstol, «Te ruego, ante todo, que hagan oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por todos los reyes, por todas las autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y pacífica, religiosa y digna»... En otra traducción dirá ...«para que vivamos una vida tranquila y apacible, con toda piedad y dignidad». Nos muestra San Pablo el fruto de la oración por los demás, por todos los hombres, aquellos que van por buen camino, como aquellos que no, por aquellos con los que nos llevamos bien, como aquellos con los que no, la oración, súplicas y plegarias con acción de gracias se debe elevar al cielo como un incienso por todos los hombres. Así, llevaremos una vida tranquila, apacibles, pacífica, religiosa, digna, con piedad. La explicación de por qué hacer esto nos la da el mismo Pablo má...

Le dices SEÑOR, y ¿haces lo que ÉL te pide?

En el versículo 47 del Evangelio que toca el día de hoy (San Lucas 6, 43-49) vemos que el Señor dice: «Todo el que venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica, os voy a mostrar a quién es semejante: Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca. Al sobrevenir una inundación, rompió el torrente contra aquella casa, pero no pudo destruirla por estar bien edificada. En sus primeras palabras nos da la clave para leer las citas correspondientes, dice: 1. Todo el que venga a mí, 2. y oiga mis palabras, 3. y las ponga en práctica. 3 pasos para todo cristiano que desee tener una casa sólida que no se destruya por nada al estar bien edificada. Acercarse al Señor, escucharlo y poner por obra lo que nos dijo. Nos propone un itinerario de crecimiento espiritual. Para aquellos que ya están cerca del Señor resuena la pregunta: Si le dices todos los días MI SEÑOR, y verdaderamente reconoces en él a tu Señor ¿Haces lo qu...