Mis ojos le mirarán

La primera lectura de hoy, conmemoración de los fieles difuntos, es tomada del libro de Job, en su capítulo 19, versículo 26 al 27 dice: «Tras mi despertar me alzará junto a él, y con mi propia carne veré a Dios. Yo, sí, yo mismo le veré, mis ojos le mirarán, no ningún otro». Al leer esta hermosa declaración, luego de los versículos anteriores, y conociendo un poco la historia de Job, conmueve la firmeza con la que dice: "Yo mismo le veré, mis ojos".

También invita esto a reflexionar sobre la responsabilidad de ese encuentro con Dios, ése que viene con la muerte, "tras mi despertar", esta no es más que responsabilidad de cada uno, como bien indica Job "mis ojos le mirarán, no ningún otro". Desear que esto suceda implica trabajar de manera esforzada y sacrificada para ganar la virtud que me lleva a la limpieza que necesito para ver a Dios, estar con los trajes de la boda, limpios, y él me verá y así mis ojos lo verán, no otros, los míos.

Por lo tanto no es más que mi responsabilidad la de trabajar para obtener la santidad, la corona de la Vida Eterna.

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