Comienza el título advirtiendo que si es que dices SÍ a la opción de vida de servir al Señor, es decir de ser un servidor en su viña, el primer trabajo es la propia respuesta ¿le quiero decir sí? y como el mismo Evangelio lo dice, si es que es si es SÍ, y no habrá cabida para la negativa. Entonces la primera lectura (Eclesiástico 2, 1-11) que nos plantea la liturgia en este día nos permite preguntarnos en primer lugar si queremos servir a Dios o más bien seguiremos con una vida a parte de él, como si no existiera. ¿Qué decides? ¿Decides servir al Señor? Si es que es así, lo que sigue de la lectura son consejos para lo que viene en tu vida, debemos meditarlos para poder acogerlos.
" Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso... Con la medida que midáis, se os medirá " (Lc 6,36.38). Estas palabras del Señor Jesús nos tocan profundamente. ¿Cuántas veces nos hemos encontrado midiendo nuestra compasión, calculando nuestro perdón, racionando nuestro amor? En este pasaje, Él nos invita a un ejercicio de conversión: aprender a amar como ama el Padre . Entre dos medidas: la humana y la divina Nuestra naturaleza humana tiende a calcular, a medir, a sopesar el dar y el recibir. Es muy comprensible: buscamos protegernos, queremos asegurar cierta reciprocidad. Pero Jesús nos presenta una medida diferente: la medida desbordante del amor divino. La misericordia de Dios no conoce límites, no lleva cuentas, no guarda registro de los agravios . Difícil ¿no? El desafío de la misericordia sin límites ¿Cómo amar a quien nos ha herido? ¿Cómo perdonar lo que parece imperdonable? La lógica humana nos empuja hacia la retribución, pero el Evangelio nos lla...
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