Ir al contenido principal

Dios le da semilla al sembrador y pan para comer

Hoy Dios nos da consejos claros a través de San Pablo en su segunda Carta a los Corintios (9, 6-10). Hablan por sí mismas, entonces las pondré de manera separada con alguna breve reflexión.

"El que poco siembra, cosecha poco y el que mucho siembra, cosecha mucho".
Nada queda para decir porque claro está. Nada más dirigir esto intencionalmente hacia la importancia de el cuidado por nuestro trabajo personal, nuestra revisión diaria sobre cómo estamos, sobre lo que hicimos, nuestro examen de conciencia, además de revisar los puntos en los que necesitamos crecer y cuidarnos y tener cuidado en ello. Tenemos que sembrar mucho y para sembrar hay que trabajar la tierra.

"Cada cual de lo que su corazón le diga, y no de mala gana ni por compromiso, pues Dios ama al que da con alegría".
Nuestro corazón cotidianamente nos impulsa a las obras grandes, buenas, nobles, caritativas, nos dicta buenas iniciativas, y esto debemos hacerlo de buena gana y no porque debo hacerlo, es decir por compromiso, así recibiremos el amor de Dios, al dar con alegría.

"Poderoso es Dios para colmarlos de toda clase de favores, a fin de que teniendo siempre todo lo necesario puedan participar generosamente en toda obra buena".
Él es el Señor, Dios, quien nos da lo que necesitamos para que nosotros también demos generosamente y nos entreguemos en lo que él nos encomienda. Cómo no dar con alegría si ya Él lo hace así con nosotros. Nos obtiene bienes materiales y los espirituales.

Y la cita termina con esto:
"Dios, que proporciona semilla al sembrador y le da pan para comer, les proporcionará a ustedes una cosecha abundante y multiplicará los frutos de su justicia". 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cómo vivir la misericordia de Dios en la vida diaria

" Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso... Con la medida que midáis, se os medirá " (Lc 6,36.38).  Estas palabras del Señor Jesús nos tocan profundamente. ¿Cuántas veces nos hemos encontrado midiendo nuestra compasión, calculando nuestro perdón, racionando nuestro amor? En este pasaje, Él nos invita a un ejercicio de conversión: aprender a amar como ama el Padre . Entre dos medidas: la humana y la divina  Nuestra naturaleza humana tiende a calcular, a medir, a sopesar el dar y el recibir. Es muy comprensible: buscamos protegernos, queremos asegurar cierta reciprocidad. Pero Jesús nos presenta una medida diferente: la medida desbordante del amor divino. La misericordia de Dios no conoce límites, no lleva cuentas, no guarda registro de los agravios . Difícil ¿no?  El desafío de la misericordia sin límites ¿Cómo amar a quien nos ha herido? ¿Cómo perdonar lo que parece imperdonable? La lógica humana nos empuja hacia la retribución, pero el Evangelio nos lla...

Corre con perseverancia la carrera de la fe según Hebreos 12,1-4

La lectura de Hebreos 12,1-4 nos ofrece una imagen de la vida cristiana como una carrera de resistencia. Reflexionemos sobre las lecciones que nos deja este pasaje: 1En consecuencia: teniendo una nube tan ingente de testigos, corramos, con constancia, en la carrera que nos toca, renunciando a todo lo que nos estorba y al pecado que nos asedia, 2fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe, Jesús, quien, en lugar del gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. 3Recordad al que soportó tal oposición de los pecadores, y no os canséis ni perdáis el ánimo. 4Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado. La esperanza nos precede  Nos precede la esperanza en que una multitud de santos ya ha llegado a la meta. Esta meta indica que los que estamos aquí y ahora andamos en una carrera para alcanzarla. En este sentido, los deportistas entenderán rápidamente que una competencia requiere luch...

El árbol plantado junto al agua, la figura del que confía en el Señor

"El que pone su confianza en el Señor, será como un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces". Dice la primera lectura que nos propone hoy la liturgia y está tomada del libro de Jeremías  (Jer 17, 5-10).  En la lectura se presentan tres beneficios para el que practica esta confianza en el Señor. Es bendito. Recibe la bendición, pues el que, por el contrario, confía más en sí mismo, recibe la maldición porque ha apartado su corazón del Señor. El que pone su confianza en Dios recibe bendiciones , será bendito a los ojos de Dios. La lectura plantea una segunda figura: "cuando llega el calor no teme". Ante la intensidad de los rayos del sol, las hojas del árbol pueden comenzar a secarse, sin embargo el árbol plantado junto al agua no tiene por qué "preocuparse" pues aunque sea muy intenso el calor sus hojas estarán siempre verdes . La experiencia de aquél que está siempre junto al Señor será esta, no tiene de qué temer, pues aunque...