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Frutos del encuentro con el Señor

Cuando una persona está con el Señor no hace más que dar testimonio a los demás y contagiar una intensa alegría que tiene su fuente en aquél encuentro cotidiano, constante, con el Señor Jesús, quien viene a nuestro encuentro deseoso a través del Santo Espíritu de hacer su morada en nosotros. Santa María iba con el Señor en su vientre, ella, la bienaventurada, lo tenía, y vemos en el Evangelio de hoy que narra el pasaje de la visitación que nuestra Madre va con prontitud a visitar a su prima. Entonces María llegó a casa de Santa Isabel y  relata el Evangelio que «en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo». Es el saludo de María, la que lleva al Señor Jesús con ella, el primer tabernáculo, y qué interesante prestar atención al detalle de lo que suscita en Isabel este saludo con ella, s...

Estamos llamados a servir

El contraste entre buscar dominar a los demás, tener poder sobre los otros y de esta manera poder gobernar a los demás según los gustos cambiantes, frente a la vida del Señor Jesús que es todo lo contrario se nos muestra hoy en el Evangelio. Nuestro Señor nos dice como respuesta a lo que plantea el mundo, «no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos». Debemos servir a los demás, en esto nos realizamos como personas humanas, como hijos de Dios, amando, siendo siervos no señores, pues tenemos un único Señor a quién servimos de corazón.

¿Dónde quiero ser el primero?

En el último versículo del Evangelio de hoy encontramos estas palabras del Señor «pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros». Al respecto comenta Jerónimo que «los fariseos eran los primeros y se han hecho los últimos. Los que lo dejaron todo y siguieron a Cristo, fueron los últimos para el mundo por sus angustias y persecuciones, pero serán los primeros por la esperanza que han puesto en Dios». A partir de esto podríamos plantearnos una pregunta sencilla ¿Dónde quiero ser el primero? según la respuesta que nos demos veremos hacia dónde se dirigirán nuestros esfuerzos, si quiero ser el primero en el mundo, es una opción que haré, y dejaré de mirar lo segundo, por lo tanto seré luego el último, pero entonces cómo hacer para ser el primero luego y ahora el último. El Señor Jesús nos da un ejemplo de esto, pone su mirada en el cielo, en el Reino, y aquí no busca llenarse de bienes más que el bien que se produce cuando las personas se convierten y creen en el Evangelio. ...

¡No nos amoldemos al molde del mundo!

«Como hijos obedientes no os amoldéis a las apetencias de antes, del tiempo de vuestra ignorancia» nos exhorta hoy San Pedro en su primera carta, primera lectura que escucharemos hoy en la Misa (1 Pe 1, 10-16). Al haber hecho una opción por vivir la vida cristiana, es decir, seguir a Cristo quien nos ha mostrado al Padre, queremos ser obedientes como el Señor Jesús, a esto apela en primer lugar San Pedro, nos dice "como hijos obedientes" que ya son y que se esfuerzan por ser. Es importante ver la obediencia no con una referencia inmediata a castigo, como a veces la experiencia propia o de otros nos muestra, obediencia es escuchar con atención la voz de quien manda y hacer caso, cumplir con su voluntad, implica en primer lugar estar atento, oir, escuchar y luego dirigirnos hacia el cumplimiento de lo pedido. No obedecemos a quien quiere el mal para nosotros o a quien nos pide hacer algo malo, obedecemos a quien busca el bien para nosotros, obedecemos a nuestros padres, obede...

Miremos nuevamente al Señor

Continuando con la meditación en la cita que el Evangelio hoy nos propone ahora nos detendremos en un obstáculo que desde siempre ha hecho que no atendamos a las Palabras del Señor. El Evangelio que estamos meditando hoy es San Marcos 10, 17 - 27. Luego de la segunda respuesta del Señor Jesús al joven rico, leemos que éste se va entristecido, abatido por las palabras del Señor, pues le pedía algo que le costaba realizar, el Señor le dijo: «anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo», y el joven tenía muchos bienes. ¿Acaso se trata de los bienes? ¿son los bienes el problema? vemos en el Evangelio que el Señor lo mira fijamente al darle esta respuesta, las palabras de Marcos son «fijando en él su mirada, le amó y le dijo», se trata de una mirada intensa, con amor, a la que el joven no corresponde, pues su corazón ya sirve a otro Señor, su corazón está afianzado en sus bienes y no en Cristo, el Señor quiere liberarlo de eso, quiere que su corazón r...