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¿Cómo ser de los cercanos del Señor?

Entonces el Señor Jesús pregunta: "¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?", pues hacía un momento habían llegado la Virgen María y parientes de Jesús, quienes al ver la aglomeración de gente habían mandado llamarlo. A éste, quien le dice: allí afuera están tu madre y tus hermanos y te buscan, el Señor le hace esa pregunta.

Vemos que el Señor Jesús nos da una lección con esta situación, nos explica quiénes son sus verdaderos parientes, dejándonos claro que podríamos llamarnos hermanos del Señor si es que cumplimos con el requisito que él señala luego de su pregunta: "quien cumpla la voluntad de Dios", escribe San Marcos. En paralelo podemos encontrar, en los otros evangelistas, algunas palabras que enriquecen esta respuesta. Dice San Mateo: "Todo el que cumpla..." y San Lucas: "Aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen".

Está claro que el requisito para ser hermanos del Señor Jesús es cumplir la voluntad de Dios, el Plan de amor que él tiene para cada uno de nosotros, y "todos" estamos invitados a hacerlo. Es San Lucas quien muestra un detalle interesante cuando escribe la respuesta del Señor Jesús "aquellos que oyen la Palabra de Dios", pues ésta es la forma como podemos saber qué quiere el Señor de nosotros, escuchando su palabra, oyéndola, meditándola, dejando que cale en nuestro interior, que nos cuestione, que nos marque una senda por donde debemos caminar.

Cumplir la Voluntad de Dios es escuchar su Palabra y esforzarnos cada momento en el día para realizar lo que Él nos dice. De esta manera seremos de los que estamos cerca del Señor Jesús, siguiéndolo como lo hacía su Madre y los discípulos. Esto implica primero querer escuchar la Palabra del Señor, luego trabajar por hacer silencio interior para poder verdaderamente oír su Palabra y meditarla, escudriñarla, y deseo de acción, pues toca actuar, poner en acción lo que el Señor nos ha dicho, sino todo se echa a perder.

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