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Conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón

El primer día del año comienza precedido por nuestra Madre Santa María y hoy la Iglesia nos propone meditar  el capítulo 2 del Evangelio de San Lucas (16-21). Los pastores ya habían sido avisados por el ángel sobre el nacimiento del Salvador, les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: Encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». (10-12)

Relata San Lucas que luego de tal Noticia, los pastores se dijeron: «Vayamos pues a Belén y veamos lo que ha sucedido» (15). En los versículos posteriores vemos que fueron a toda prisa hacia aquél pesebre, y al encontrar al Niño, tal como el Ángel les había dicho, contaron todo lo que de él habían escuchado.

En medio de todo esto es donde aparece el comentario de San Lucas sobre la Virgen: «María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (19). La Madre, debió ver, al escuchar a los pastores, las manifestaciones del amor de Dios, y en silencio debe haber dado gloria a Dios en ese momento de encuentro con los sencillos pastores que venían a adorar a su Hijo. Por otro lado, debe haber recordado las escrituras, y ver cómo Dios sigue manifestándose a los sencillos. Tantas cosas deben haber pasado por el pensamiento de la Madre. Dios Padre se hacía presente. Y María comenzaba a percibirlo, Dios Padre enviaba a los pastores quienes ya habían visto a los ángeles cantar diciendo «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres».

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