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La estrategia más destructiva del demonio: Crear división.

¿Cómo va echar Satanás a Satanás? le responde el Señor Jesús en el Evangelio de hoy a los escribas que decían que el poder de expulsar a los demonios le venía del jefe de los demonios, de Belzebú, de Satán, del demonio. "Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido". Lo mismo dice el Señor antes para aplicado a un reino y a una casa (o una familia), "un reino dividido internamente no puede subsistir, una familia dividida tampoco puede subsistir".

Esta es la estrategia de Satanás, busca la división en los hijos que viven en la Casa de Dios, los que pertenecen a su reino, busca dividir internamente a los miembros de la Iglesia, y dentro de ella a los miembros de una familia espiritual, de una comunidad. Es Satanás, quien no para, es perseverante y no deja de trabajar por este objetivo. Bien conoce que la división produce caos y termina en destrucción.

Así es el procedimiento del demonio, ata a los de la casa para que pueda entrar a saquear la casa, esto explica el Señor Jesús en el Evangelio "nadie puede meterse en casa de un hombre fuerte para saquear sus bienes, si primero no lo ata; entonces podrá saquear la casa".

¿Cómo actúa el demonio para dividir? 

Calumnia, acusa, propone ideas falsas, constantemente está azuzando al conflicto, busca la división de éstos. Es común ver las discusiones tontas entre los hombres por cosas pequeñas que causan división, aunque momentáneas a veces, es una división. También vemos en actitudes como el chisme, el mal hablar de los demás, sin conocer muchas veces lo objetivo del asunto en cuestión, la lengua es fácil de dejarse llevar a lanzar comentarios ácidos, agresivos, que finalmente poco a poco van generando división.

Es importante que seamos más conscientes de las cosas que decimos, de cómo las decimos, de las cosas que hacemos y también cómo las hacemos, debemos estar constantemente exigidos a hablar o actuar según la caridad y muchas veces esto implica fuertes o pequeñas renuncias. Ello es mejor que caer en división.

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