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Ir hacia él y creer en él, respuestas para el hambre y la sed

Hay dos experiencias intensas de sufrimiento por las que puede atravesar el hombre, estas son el hambre y la sed, el Señor Jesús hoy en el Evangelio nos da la respuesta ante esas dos experiencias humanas, el dice: "El que viene a mí no pasará hambre", "y el que cree en mí nunca pasará sed". Ayer nos indicaba el Señor que debemos esforzarnos por el alimento que sólo él nos puede dar, aquél que permanece para la vida eterna. Hablamos entonces de un hambre y de una sed mucho más profunda, hablamos de la mayor pobreza de la actualidad hambre y sed espiritual, hambre y sed de Dios. Lo que tenemos que hacer para responder a esto es ir hacia él, nos dice el Señor "el que viene a mí no pasará hambre", y aquellos que somos ya obreros del Señor debemos pues calmar esta hambre llevando a los hombres al Señor Jesús, no somos nosotros, es él quien puede hacerlo y actúa en nosotros. Para la sed el Señor nos dice "cree", es el paso de Tomás, el Señor le muest...

¿Cómo voy a mirar al cielo en momentos difíciles?

Hoy recordamos a San Esteban en Hechos de los Apóstoles a quien como fruto de un efurecimiento y rechinando los dientes contra él, lo mataron, apedreándole, la Escritura dice que allí estaba Saulo (luego Pablo), quien aprobaba dicha ejecución. En este pasaje se nos narra que Esteban fijó la mirada en el cielo, y al hacerlo vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios.  ¿Donde fijamos nuestra mirada en los momentos de dificultad? Esteban estaba rodeado de personas que todos lo miraban enojados y comienzan a lanzar piedras hacia él, está cercano a la muerte ¿Qué mayor dificultad puede haber? Él, entonces, no baja su mirada, al contrario la levanta, mira al cielo fija la mirada en el cielo y entonces ve la gloria de Dios. Y es que en un momento desesperanzador lo único que nos da esperanza es mirar la tierra prometida, la meta a donde vamos, y esto le da sentido a todo lo que hacemos y a todo cuanto nos sucede. Entonces entendemos así el perdón, Esteban cae...

Hagamos lo que el Señor quiere

¿Cuál es el motor de lo que hacemos cada día? ¿Qué nos mueve? ¿Cuál es nuestro norte, nuestra meta? ¿Qué nos motiva? me hago estas preguntas al meditar en el pasaje en el que el Señor Jesús luego de dar de comer a cinco mil hombres, luego de que sus discípulos lo vean caminar sobre el mar, la gente sigue buscando al maestro y cuando lo encuentran él responde a sus discípulos "les aseguro que no me buscan por los signos que vieron, sino porque comieron pan hasta saciarse". Aquí se plantean las dos motivaciones que podemos tener día a día, una es la del Señor, es decir de buscarlo por los signos que el hace en nuestra vida en cada momento, y la otra es la que nos plantea el mundo, la que va según nuestros gustos, la propuesta según nuestras conveniencias, es decir buscar al Señor sólo por interés, que él nos dé lo que necesitamos. El mundo nos enseña a buscar las cosas fijándonos más en nuestros intereses y no nos motiva a buscar un bien común, un bien para los demás. En el E...

Catequesis del Salmo de hoy

Hoy recibimos instrucción con la meditación del salmo que nos propone la liturgia. Son tres puntos que responden a la antífona "Dichoso el que camina en la voluntad del Señor".  ¿Qué hace el cristiano cuando murmuran de él? A nosotros nos toca meditar las leyes del Señor, deleitarnos con sus preceptos, aceptar como consejo sus decretos, a pesar que otros murmuren de esto, nos toca buscar estos mandatos del Señor, allí está nuestra felicidad, no en hacer caso a las murmuraciones de los demás, menos dejar que estas influya en nuestra opinión, pues el Señor nos conoce y sabe qué nos hace felices. Una súplica cotidiana En lo posible, diariamente debemos estar rezándole al Señor, pidiéndole que sea él quien nos enseñe sus leyes, que sea él quien nos instruya en el camino de sus decretos. El Salmo de hoy (los versículos que meditamos) en su segunda estrofa nos propone meditar en las maravillas del Señor. Al inicio dice: "Te expliqué mi camino y me escuchaste...

Jesucristo es la piedra angular

Pedro y Juan han sido arrestados porque enseñaban al pueblo y anunciaban la resurrección de los muertos por el poder de Jesús, como resultado de esa prédica unos cinco mil hombres eran los que se habían convertido, los que abrazaron la fe, dice hoy la primera lectura de Hechos de los Apóstoles (4, 1-2). Luego, los interrogaron, entonces les preguntan ¿Con qué poder o en nombre de quién han hecho eso? Pedro, lleno de Espíritu Santo -dice Hechos- toma la palabra y deja claro a todos los presentes que lo que han hecho ha sido en nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos, la piedra que ellos, los arquitectos desecharon, ahora resulta ser la angular. En este pasaje que hemos meditado podríamos ver algunos detalles que describe el autor, primero me detengo en la prédica que dan Pedro y Juan, no obstante el apresamiento como consecuencia del anuncio, de la prédica en lugares o espacios en donde no eran bien vistos, se deja claro ...