Demos a Dios lo que es de Dios
Quizá siguiendo el relato del Evangelio de hoy (Mc 12, 13-17), luego de la respuesta que da el Señor Jesús a los fariseos y herodianos, podríamos nosotros preguntarnos ¿Qué es de Dios? creo que el mundo con su propuesta de falsa libertad constantemente nos muestra la idea de no tener un dueño, de no pertenecer a algo o a alguien, por eso que la fidelidad para el mundo es algo que no encaja, es esclavitud, ser fiel es ser esclavo, se nos propone una idea de liberarnos de los consejos que "esclavizan" de nuestros padres, y se nos muestra un modelo libre en tanto hagamos lo que queremos. No pertenecemos a papá y mamá, no pertenecemos a la familia, no somos esposos ni esposas de nadie, quiero una vida tranquilo, tranquila. De esta manera cuando llegamos a lo más profundo, a nuestra identidad de hijos de Dios, nos sucede como al hijo pródigo quién decide irse de casa y se aleja, de igual manera nosotros nos alejamos de la idea de tener un padre que nos ama y que quiere lo mejor para nosotros.
Y como el mundo nos dice "no hagas lo que te dicen tus padres", es que la idea de hacer la voluntad o cumplir el plan de Dios, es algo muy lejano, pensamos bajo esta premisa, que Dios también nos quiere molestar la vida y no nos deja "disfrutar" de lo mejor de la vida.
Hoy le tienden una trampa a Jesús con una pregunta, y él responde «lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios». Las monedas son del Cesar, él pidió que se selle en las monedas el rostro del César, por lo tanto ésa obra le pertenece, es su obra, como hoy en día los dirigentes de países y pueblos dejan su nombre en las obras que construyen o realizan, así cuando alguno ve una de sus obras los recuerda y dice ésta es una obra de tal alcalde, o tal presidente, o tal gerente hizo este proyecto, el mundo nos recuerda por nuestras obras, por lo que hacemos.
¿Qué es de Dios? ¿Cuál es la obra de Dios? Nosotros. Él ha querido dejar su huella en nosotros, hemos sido hechos a imagen y semejanza suya, nosotros le pertenecemos, somos de Cristo, por eso nos llamamos cristianos, recordémoslo siempre, no dejemos que el mundo haga que nos olvidemos de nuestra identidad más profunda, somos hijos de Dios, él nos ha creado. Demos a Dios lo que es de Dios.
Hoy entreguémonos como don suyo que somos para el mundo en todo lo que hagamos, démosle a Dios lo que es suyo, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras acciones, ofrezcámosle todo lo que hagamos en este día y en adelante.
Y como el mundo nos dice "no hagas lo que te dicen tus padres", es que la idea de hacer la voluntad o cumplir el plan de Dios, es algo muy lejano, pensamos bajo esta premisa, que Dios también nos quiere molestar la vida y no nos deja "disfrutar" de lo mejor de la vida.
Hoy le tienden una trampa a Jesús con una pregunta, y él responde «lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios». Las monedas son del Cesar, él pidió que se selle en las monedas el rostro del César, por lo tanto ésa obra le pertenece, es su obra, como hoy en día los dirigentes de países y pueblos dejan su nombre en las obras que construyen o realizan, así cuando alguno ve una de sus obras los recuerda y dice ésta es una obra de tal alcalde, o tal presidente, o tal gerente hizo este proyecto, el mundo nos recuerda por nuestras obras, por lo que hacemos.
¿Qué es de Dios? ¿Cuál es la obra de Dios? Nosotros. Él ha querido dejar su huella en nosotros, hemos sido hechos a imagen y semejanza suya, nosotros le pertenecemos, somos de Cristo, por eso nos llamamos cristianos, recordémoslo siempre, no dejemos que el mundo haga que nos olvidemos de nuestra identidad más profunda, somos hijos de Dios, él nos ha creado. Demos a Dios lo que es de Dios.
Hoy entreguémonos como don suyo que somos para el mundo en todo lo que hagamos, démosle a Dios lo que es suyo, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras acciones, ofrezcámosle todo lo que hagamos en este día y en adelante.
Comentarios
Publicar un comentario