Enseñanzas de San Pablo a Timoteo - Parte III

En este día al meditar la primera lectura que la liturgia de hoy nos propone (2 Tim 3, 10-17) encontramos un consejo muy valioso de San Pablo a Timoteo respecto a la Sagrada Escritura, aspecto que me interesa resaltar dada la impronta de este blog.

En primer lugar, habiendo leído la lectura de la segunda Carta del Apóstol a Timoteo, el versículo 12 me llama la atención «Y todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, sufrirán persecuciones». Pues conociendo de la experiencia de San Pablo, esta frase resulta ser muy significativa, aquél que opte por el anuncio del Evangelio sufre a causa de ello, y no es un sufrimiento vano, al contrario, es por Cristo, cosa que seguramente ya el Señor lo toma en cuenta.

Los que quieran vivir piadosamente dice San Pablo, los que se hayan propuesto vivir la vida cristiana con el amor de Cristo, aquellos pasarán días de persecución. Dando una breve mirada vemos que el mundo con su pensamiento e ideas aferradas a los propios intereses, gustos, desordenes por placeres, ataca a aquellos que no viven así y que su testimonio de vida denuncia el suyo.

Más adelante, desde el versículo 15, San Pablo habla de la cosecha espiritual para aquél que medita en la Sagrada Escritura, dice:
«15 y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. 16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; 17 así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena».
Resalta el Apóstol que Timoteo desde niño conoce las Sagradas Escrituras, estas le dan sabiduría que conduce a la salvación. Pero probablemente muchos de nosotros no hemos comenzado a leer la Sagrada Escritura desde muy niños, quizá aún no tenemos la experiencia, pensemos que comenzando estaremos en la edad de la niñez y miremos en las palabras de San Pablo una predicción de lo que sucederá, meditar en la Palabra de Dios nos dará la sabiduría que necesitamos para vivir con intensidad nuestra vida cristiana, nos lleva a la salvación y lo hace también con las personas que nos conocerán y escucharán nuestras palabras, la Palabra de Dios que actúa en nosotros, actuará también en ellos.

La Escritura, inspirada por Dios es útil para enseñar, para reprender, para corregir, y educar para vivir en la virtud, en la justicia, por lo tanto, cuando meditamos y hacemos el ejercicio de poner en práctica lo meditado nos estamos ejercitando en obtener la virtud y por el testimonio ayudaremos a otros a hacerlo también.

Haciendo todo esto, el hombre se encuentra perfecto y preparado para realizar toda obra buena. Es interesante descubrir en esta lectura que una de las bases para toda obra buena es la lectura y meditación de la Sagrada Escritura, pues necesitamos la sabiduría del Señor para aprender a obrar bien.

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