Sabemos en dónde podemos conseguir pan si lo necesitamos, también conocemos en qué lugares podemos obtener aprendizaje sobre ciertas cosas que nos interesan, sea en modo presencial o en Internet, más cuando se trata de escuchar la voz de Dios inmediatamente se nos viene a la mente el templo en donde se encuentra presente en la Eucaristía. Quizá por esta razón pensamos que cuando de escuchar su voz se trata mientras no podamos ir a una Iglesia se nos hace difícil encontrarlo y no aprendemos a buscarlo en algunos espacios de lo cotidiano. La primera lectura de hoy [I Reyes 19:9, 11-16] nos enseña en un detalle que el profeta Elías, estando en una cueva, sale a encontrarse con Dios, cuando escucha el susurro de una brisa suave. Y es precisamente, en esa brisa suave que logra encontrar a Dios y conversa con Él, lo puede escuchar como no logró hacerlo con el paso del fuego y ante la tormenta y temblor. Dios tiene un modo con cada uno de sus hijos. Es importante aprender a e...