Ir al contenido principal

Llamados y elegidos

En la primera lectura de hoy vemos al inicio de la Carta a los Romanos una presentación del Apóstol, que marca su identidad, dice: "apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios" y en otra traducción dirá: "he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio". Anunciar el Evangelio, éste, dice San Pablo, se refiere al Hijo de Dios, nacido según la carne, de la estirpe de David. Se refiere al Señor Jesús. Pablo, el Apóstol, ha sido llamado a anunciar a Cristo.

Apóstol por vocación

El apóstol es un enviado, pero no sólo es eso; en la audiencia del 2 de agosto del 2006 el Papa Benedicto XVI reflexiona sobre las características del apóstol.
¿Qué tipo de personas eran los Apóstoles? En pocas palabras, podríamos decir que eran "amigos" de Jesús. Él mismo los llamó así en la última Cena, diciéndoles: "Ya no os llamo siervos, sino amigos" (Jn 15, 15). Fueron, y pudieron ser, apóstoles y testigos de Cristo porque eran sus amigos, porque lo conocían a partir de la amistad, porque estaban cerca de él. Estaban unidos con un vínculo de amor vivificado por el Espíritu Santo.
Las características que muestra el Santo Padre, refieren a una intimidad con el Señor Jesús, implica conocerlo, ser amigos, estar cerca de él, teniendo un vínculo de amor, vivificado por el Espíritu Santo. Así Pablo se ve claramente llamado a ser apóstol, y él desarrolla esas características con la ayuda de la Gracia de Dios, se convierte en un íntimo amigo de Jesucristo, a quién anuncia dando testimonio de él con toda su vida, no sólo lo proclama, lo vive.

Elegido para proclamar su Evangelio

Hemos sido escogidos para anunciar su vida y sus enseñanzas. Pero ¿Por qué la necesidad de anunciar esto? Pues sabemos que el Señor se hace hombre para enseñarnos como ser nosotros hombre, viene a enseñarnos a vivir dignamente, como seres humanos hijos de Dios, viene a mostrarnos cuál es el horizonte de toda la humanidad, a presentarnos para qué estamos hechos. En sus enseñanzas, que aparecen en los Evangelios, el Señor Jesús nos habla de todo esto. Se trata, además, de lo que necesitamos vivir para ir al Banquete de bodas, como nos recordaba el Señor en el Evangelio de ayer Domingo. Es lo necesario para vestir el traje necesario para estar en la boda. Somos elegidos por el Señor para anunciar esta verdad, que da vida y vida de eternidad.

Como el Apóstol, nos corresponde vivir intensamente, con todo nuestro ser el Evangelio, para transmitirlo a los demás no sólo con nuestras palabras, sino también con el testimonio de nuestra vida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El hijo y el esclavo

Hoy escucharemos del Señor Jesús esta enseñanza «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8, 31-32). En aquel diálogo le responden "nunca hemos sido esclavos de nadie ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?".  Nuevamente vemos que no entienden al Maestro, son palabras que no son acogidas, que como él mismo dice más adelante su palabra no penetra en ellos. Vemos en esta primera enseñanza un presupuesto para ser discípulos del Señor Jesús, mantenernos fieles a su Palabra, perseverantes en la escucha, la acogida y la concresión. Pero como la Palabra del Señor no es acogida ellos reaccionan ante algo que les incomoda, que el Señor les haya dicho que la verdad que él trae les hará libres, por eso responden a eso, ante lo cual Jesús responde dejándonos una enseñanza sobre lo que significa ser hijos y por otro lado ser esclavos. Hoy responde en el evangelio: «Os aseguro que quien comete pecado es es...

El árbol plantado junto al agua, la figura del que confía en el Señor

"El que pone su confianza en el Señor, será como un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces". Dice la primera lectura que nos propone hoy la liturgia y está tomada del libro de Jeremías  (Jer 17, 5-10).  En la lectura se presentan tres beneficios para el que practica esta confianza en el Señor. Es bendito. Recibe la bendición, pues el que, por el contrario, confía más en sí mismo, recibe la maldición porque ha apartado su corazón del Señor. El que pone su confianza en Dios recibe bendiciones , será bendito a los ojos de Dios. La lectura plantea una segunda figura: "cuando llega el calor no teme". Ante la intensidad de los rayos del sol, las hojas del árbol pueden comenzar a secarse, sin embargo el árbol plantado junto al agua no tiene por qué "preocuparse" pues aunque sea muy intenso el calor sus hojas estarán siempre verdes . La experiencia de aquél que está siempre junto al Señor será esta, no tiene de qué temer, pues aunque...

Las 3 preguntas y las 3 respuestas de Jesús a Pedro

"Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas»." (Jn 21, 17) Este pasaje forma parte del evangelio de Jn 21, 15-19  en el cual encontramos las tres preguntas del Señor Jesús a Pedro y a su vez, las tres respuestas del Maestro.  Para entender a fondo la raíz de estas preguntas y respuestas nos viene perfecto dar una mirada a lo escrito por el papa Benedicto XVI al reflexionar sobre estas palabras. La primera vez, Jesús pregunta a Pedro: "Simón..., ¿me amas" (agapâs-me) con este amor total e incondicional? (cf. Jn 21, 15). Antes de la experiencia de la traición, el apóstol ciertamente habría dicho: "Te amo (agapô-se) incondicionalmente". Ahora que ha experimentado la amarga tristeza de la infidelidad, el drama de su propia debilidad, dice con humildad: "Señor, te quiero (...