Estar pendiente de algo implica estar preocupado, atento en algo que se espera, hay mucha expectativa sobre ese "algo" por esta razón nuestra atención se dirige hacia ello. En el Evangelio de hoy (Lucas 19, 45-48) hacia la última línea se da una clave que llama la atención; además de la actitud del Señor en respuesta a la poca reverencia frente a la casa de Dios, que es una casa de oración, se trata ahora de los sumos sacerdotes, letrados y senadores del pueblo quienes querían hacer algo en contra de Jesús, para quitárselo de en medio y dice el Evangelio que "se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios". La actitud del Pueblo es la que despierta la atención, ellos tenían expectativa en lo que el Señor Jesús pronunciaba, esperaban su Palabra, estaban pendientes de sus labios. ¿Es esta nuestra actitud? ¿Nos preocupamos por escuchar con atención sus enseñanzas?
Hoy escucharemos del Señor Jesús esta enseñanza «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Jn 8, 31-32). En aquel diálogo le responden "nunca hemos sido esclavos de nadie ¿Cómo dices tú: Os haréis libres?". Nuevamente vemos que no entienden al Maestro, son palabras que no son acogidas, que como él mismo dice más adelante su palabra no penetra en ellos. Vemos en esta primera enseñanza un presupuesto para ser discípulos del Señor Jesús, mantenernos fieles a su Palabra, perseverantes en la escucha, la acogida y la concresión. Pero como la Palabra del Señor no es acogida ellos reaccionan ante algo que les incomoda, que el Señor les haya dicho que la verdad que él trae les hará libres, por eso responden a eso, ante lo cual Jesús responde dejándonos una enseñanza sobre lo que significa ser hijos y por otro lado ser esclavos. Hoy responde en el evangelio: «Os aseguro que quien comete pecado es es...
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