Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2012

Dios llama a la conversión: "Levántate y predícale"

El Señor le dice a Jonás: "Levántate... y predícale el mensaje que te digo" . Este mandato no es solo para el profeta, sino que resuena hoy en cada uno de nosotros. Jonás fue enviado a Nínive con una misión clara: anunciar la conversión y advertir que, si no cambiaban de vida, la ciudad sería destruida en cuarenta días. La urgencia de este mensaje sigue vigente. También nosotros estamos llamados a escuchar la voz de Dios y responder con un corazón dispuesto al cambio. La Cuaresma: un tiempo de renovación espiritual La Cuaresma es mucho más que un período litúrgico; es un gran retiro espiritual que la Iglesia nos ofrece para revisar nuestra vida y encaminarnos hacia la conversión. Este tiempo nos invita a transformar nuestra mente, nuestro corazón y nuestras acciones . Convertirse implica estar atentos a la Palabra de Dios que la liturgia nos propone cada día. No basta con escucharla superficialmente, sino que debemos permitir que ella nos cuestione y nos confronte con la verd...

Cuando uno grita, en medio de la angustia, el Señor escucha y responde

Cuando estamos atravesando por momentos de angustia, de no encontrar salida, de no ver claramente como otros quizá una luz en nuestra vida, son circunstancias en las que sencillamente caminar cuesta más, nuestros pies se hacen más pesados y dar cada paso es doloroso. Como pan de cada día, tenemos problemas que no sabemos como enfrentarlos, no sabemos cómo darles solución, tampoco queda claro a quien acudir, a veces no hay ese "a quién". Cuando para otros la cosa va bien, para nosotros el horizonte está nublado. El Salmo que la liturgia nos propone hoy es muy iluminador en medio de este panorama muchas veces oscuro, descrito en el párrafo anterior. Ya en la primera estrofa dice el salmista: "Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias". Y es que quizá para el mismo cristiano ante esos problemas en los que no encontramos salida, se hace la cosa muy difícil, a pesar de conocer a Aquél que es nuestra Esperanza. Y es que si  no permitimos que e...

Como la lluvia que nutre la tierra es la Palabra de Dios

Como el agua de lluvia que cae del cielo y moja la tierra, la humedece, la nutre, permite que las raíces de los árboles beban y se nutran. Como el agua de lluvia que cae con fuerza y hasta la tierra más dura atraviesa, que al principio se demora pero luego se humedece, lo que era una capa gruesa y seca se moja y ennoblece, así penetra hasta lo más profundo de la tierra, la moja y la nutre. Así es la Palabra de Dios. Esta figura nos plantea el Señor hoy en la primera lectura en boca de Isaías (55, 10-11). La lluvia es la Palabra de Dios ¿Quién es la tierra? Nosotros. Los hombres somos esa tierra a quienes el Señor manda el agua con la lluvia para nutrirnos, así nos manda su Palabra, para que de allí podamos nutrirnos para nuestra vida cristiana.

Actuemos siempre con justicia

Hoy la liturgia nos ofrece unas lecturas que nos instruyen para poder ser de los llamados "Benditos", como señala el Evangelio, y así poder entrar al Reino de los Cielos. "Ustedes serán santos, porque yo, el Señor, su Dios, soy Santo".  Le primera lectura del libro de levítico nos marca este horizonte, seremos santos, porque el que nos ha llamado e invitado a vivir la verdadera vida es santo, y si queremos ir en camino hacia esta meta debemos considerar algunos esfuerzos que son parte de nuestra naturaleza, que por ejemplo están comprendidos por la caridad, la justicia, el bien. Realizar dichos esfuerzos es algo para lo que el hombre ha sido hecho, tendemos hacia esto. Es necesario comprender esto en primer lugar porque no es que el Señor nos imponga algo que sea difícil, no nos impone cosas irrealizables, sino nos invita a vivir auténticamente como quienes somos, personas humanas, sus hijos. Así, en la primera lectura, nos invita a: No mentir, no robar, no ...

Viviendo el Ayuno

Centrar la mirada en el otro, en nuestros semejantes, nuestro prójimo, aquellos que están a nuestro alrededor y comúnmente no prestamos mucha atención, es la invitación que nos hace el Señor hoy con la primera lectura (Is 58, 1-9) cuando dice, por el profeta Isaías "partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no dejar de socorrer a tus semejantes". Todo esto se contrasta en la lectura ante la búsqueda del propio interés en la práctica del ayuno, eso distorsiona el sentido del ayuno, no obedece a la Caridad. En otra traducción, encontramos, en la cita que estamos meditando, que el ayuno que el Señor quiere es también nuestro esfuerzo por desatar los lazos de la maldad. Esto implica de nuestra parte, rechazo constante de todo acto de maldad, en nosotros y en los demás. El Ayuno pues, nos ayuda a superar el egoísmo para vivir la lógica del don, de la generosidad, de la entrega, el amor que vamos cultivando hacia el Señor se ...

Cuaresma: Transformación de la mente, renovación del corazón y el poder del silencio en la acción

Con la Celebración del Miércoles de Ceniza, la Iglesia nos invita a realizar en este tiempo un fuerte trabajo interior, de conversión, un trabajo de transformación de la mente, extirpar criterios malos y remplazarlos por los nuevos, los de Cristo; de esfuerzos por renovar el corazón y ejercicios de silencio en la acción. 🛤️ Un camino de reconciliación: Dios nos invita a volver a Él «Conviértanse al Señor», nos dice la Escritura. En primer lugar, recibimos hoy un llamado a convertirnos, pero esta conversión no se da por sí sola con tan sólo pedirla, necesita y exige de la colaboración de cada uno de nosotros. Probablemente, ese esfuerzo por convertirnos en este tiempo sea algo exigente. San Pablo nos exhorta: "En nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios". Como él mismo le dice a los corintios, recordándoles lo que Dios dice: "En tiempo favorable te escuché, en días de salvación vine en tu ayuda", éste es pues el tiempo en que debemos poner todo nuest...

Cumplir lo que nos pide el Señor, alegra el corazón

Repetimos hoy en la antífona del Salmo (18, 8.9.10.15): «Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón». Brevemente el mismo Salmo nos muestra la extensión de los frutos que se dan en nuestra vida cuando obedecemos a los mandatos del Señor. Podemos ponerlos en 4 puntos descritos por el salmo: Es descanso para el alma. Al hacer lo que estamos a hacer nuestro espíritu camina tranquilo, pues estamos por los caminos del Señor, es el Buen Pastor a quien seguimos, estamos fuera de peligro, estamos a salvo y esto produce en nosotros calma, paz, tranquilidad, ante la angustia que se experimenta al no estarlo.  Nos instruye. El Señor es un pedagogo por excelencia, él nos enseña y nos va educando cuando meditamos en sus Palabras, cuando hacemos lo que nos manda, estamos aprendiendo a asumir, enfrentar, dar, y muchas cosas hacerlas como él las hizo. Alegra el corazón. Con todo lo anterior, estamos alegres y contentos, pues vamos por sitio seguro, sabemos quién está con n...

Cuando pedimos la Sabiduría que viene de lo Alto...

Nos presenta hoy el apóstol Santiago (3, 13-18) la diferencia en actitudes de la sabiduría que viene del Cielo y la sabiduría humana. Respecto a esta segunda dice: «...Pero si tenéis en vuestro corazón amarga envidia y espíritu de contienda, no os jactéis ni mintáis contra la verdad. 15 Tal sabiduría no desciende de lo alto, sino que es terrena, natural, demoníaca. 16 Pues donde existen envidias y espíritu de contienda, allí hay desconcierto y toda clase de maldad...». Ya habíamos recibido una lección de Santiago sobre la sabiduría y que esta hay que pedírsela a Dios. Nos decía: «5 Si alguno de vosotros está a falta de sabiduría, que la pida a Dios, que da a todos generosamente y sin echarlo en cara, y se la dará.» En lo que nos toca hoy vemos lo que sucede cuando la sabiduría se plantea en términos humanos. Produce amarga envidia, o tener el corazón amargado por la envidia. Tenemos un espíritu de contienda, es estamos en constante rivalidad con los demás. Su fuente es lo ...

El Señor nos enseña a mirar siempre y en todo momento lo esencial

El Evangelio de ayer Domingo (Mc 2, 1-12) nos muestra un pequeño detalle, además del misterio del perdón de los pecados, y luego de meditar sobre ello, este detalle nos ayudará a conocer y aprender de algunas actitudes del Señor Jesús en distintas situaciones de su vida pública. «(...)Y le vienen a traer a un paralítico llevado entre cuatro. 4 Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo encima de donde él estaba y, a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. 5 Viendo Jesús la fe de ellos (...)» Podemos ver este pasaje con una mirada desde dos ángulos, primero desde ellos, los amigos que llevan al paralítico y segundo desde los ojos del Señor, según lo que el Evangelio nos dice. El Esfuerzo de los amigos En primer lugar entonces, vemos a los amigos que ante la multitud de personas que se juntaba en torno al Señor y por lo tanto sería difícil acercar al enfermo hacia el Señor, deciden subirlo al techo de ...

¿Vivo una fe sin obras?

Habría que ver cómo hacemos cada día para que nuestras actividades espirituales se tornen acción, cómo ése espacio que le dedicamos a Dios para conversar con él se vuelca a la vida ¿Lo hacemos? ¿Lo intentamos? o sencillamente ni siquiera pasa por nuestra mente la posibilidad de hacer este ejercicio. Santiago hoy nos habla de la fe sin obras, nos dice: "pasa con la fe, si no tiene obras, por sí sola está muerta". Los espacios para vivir nuestra fe están, son los lugares en donde me muevo, sea mi casa, mi trabajo, colegio, universidad, etc. El lugar que frecuento, en donde estoy, es donde debo poner mi fe en acción, y los que están conmigo deben ver que mis esfuerzos por practicar la caridad y vivir la esperanza son fruto de mi vida de fe. Sino como diría Santiago "¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no tiene obras?". El hombre se santifica no sólo por su fe, sino por sus obras, que es el fruto de la vivencia con intensidad de la fe, naturalmente el encu...

Él nos escucha, nos responde y nos libra de todo lo que nos angustia

Más de uno debe haber escuchado decir en distintas ocasiones frases como "Dios no nos escucha", "¿Para qué rezas? si no encontrarás respuesta", y el testimonio del salmo de hoy nos muestra lo contrario. ¡Dios responde!. Dice la antífona «Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha». Y así sucede cuando uno se acerca a pedir al Señor, con una fe fuerte, con firmeza, esperando en su respuesta, puede demorar, pues nuestros tiempos no son los de Dios.  Una forma como acercarnos a pedir nos la propone el mismo salmista cuando dice: «Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias». Cuando el Señor está presente en nuestra vida, en todo lo que hacemos, eso es lo que sucederá. Cuando le consultes qué hacer en las cosas que no sabes cómo actuar, cuando le pidas sabiduría para que oriente tus decisiones, el Señor te responderá, te librará de aquello que te angustia.

Da testimonio de tu Vida Cristiana

En diversas situaciones en el día estamos invitados a dar testimonio de nuestra vida cristiana, dar testimonio que seguimos a Cristo, que confiamos en él, que rezamos porque queremos estar con él, queremos que él nos guíe y nos enseñe los caminos de Dios, debemos dar testimonio a los que nos rodean de todo esto. La primera lectura (Sant 2, 1-9) que la liturgia nos propone hoy cuestiona nuestras acciones cuando propone un ejemplo: «2 Supongamos que entra en vuestra asamblea un hombre con un anillo de oro y un vestido espléndido; y entra también un pobre con un vestido sucio; 3 y que dirigís vuestra mirada al que lleva el vestido espléndido y le decís: "Tú, siéntate aquí, en un buen lugar"; y en cambio al pobre le decís: "Tú, quédate ahí de pie", o "Siéntate a mis pies"». ¿Por qué dar al de buen "aspecto" un buen lugar y al de aspecto "malo", a nuestros ojos, el peor sitio? y Santiago lanza otra pregunta: «4 ¿No sería esto hacer distinc...

Lecciones del apóstol Santiago para la vida cotidiana. Parte 2

Continuamos con la meditación... Ponemos más abajo la cita que estamos profundizando. Lección 3: Eliminen toda inmundicia y abundancia del mal Estamos en el mundo y debemos ser conscientes de la presencia del mal, fruto de nuestro pecado, ése mal que nos induce, nos seduce, muchas veces con intervención de nuestro hombre viejo o del maligno, a cometer actos pecaminosos, y aquí se encuentra nuestro combate en el día a día. Es aquí en donde debemos poner nuestro mayor empeño por eliminar toda inmundicia, entendiendo ésta como toda suciedad, impureza, deshonestidad. En el contacto con el mundo nos encontramos cada día con la presencia del mal, debemos saber rechazar toda propuesta "atractiva" a nuestros ojos, a nuestros sentidos, no nos engañemos, nos hacemos daño. El combate se define cuando optamos por eliminar de nosotros toda la inmundicia que podamos encontrar, esto será exigente. Santiago es claro, dice eliminar. Hay cosas que sencillamente no son para nosotros. No no...

Lecciones del apóstol Santiago para la vida cotidiana. Parte 1

El apóstol Santiago hoy nos da algunas lecciones que nos ayudan a ser mejores personas, mejores cristianos, que ahora intentaremos desarrollar. Ponemos el texto de la primera lectura del día de hoy más abajo. Para la consulta. Lección 1: Prontos para escuchar, lentos para hablar En estos tiempos tratar de vivir la virtud del silencio se hace un poco difícil, pues la velocidad de información que viene y va en las redes sociales ha ido construyendo algunos hábitos contrarios a esta virtud requerida como base para poner por obra la lección que nos da Santiago. "Escuchar" el mensaje de una persona, que implica atención y concentración en lo que dice, es algo que cuesta porque ya pronto se piensa en opciones para responder o sino es en otras cosas que decir también, y atropellamos el mensaje y damos paso a otro, hay mucha información de diverso tipo que  recibimos, y nos acostumbra a una necesidad de hablar de muchos temas sin desarrollar a profundidad uno sólo. Podemos decir ...

Un verdadero amigo te acompaña en todo momento

Estando con el Señor en todo momento descubrimos en él un verdadero amigo, sincero, transparente, a quien de veras le interesamos, y justamente por esto él busca educarnos, pues sabe, conoce cómo seremos felices, y al ser un amigo verdadero se interesa por que lo que hagamos sea lo que debemos hacer, es decir que seamos quienes debemos ser, pues así alcanzaremos a vivir lo que anhelamos. El salmo que hoy nos presenta la liturgia nos invita a reflexionar sobre la felicidad que podemos encontrar al dejarnos educar por el Señor Jesús "Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor". Es dichoso, pues eres tú quien le enseña, eres tú quien al verlo cansado tras los duros años por los que pasa o ha pasado, le das descanso. Les dices como a tus discípulos: "Venid a mí los que están cansados y atribulados". El verdadero amigo es aquél que cuando se da cuenta que puedes tropezar te sostiene, "cuando me parece que voy a tropezar, tu misericordia, Señor, me sostiene"...

Soportando las pruebas alcanzaremos la corona de la Vida

La lectura de la carta de Santiago nos viene acompañando en esta semana.  Hoy meditaremos sobre dos ideas en las que la Palabra nos da luces para la vida cotidiana. Dice la lectura, tomada de Santiago 1, 12-18: «12 ¡Feliz el hombre que soporta la prueba! Superada la prueba, recibirá la corona de la vida que ha prometido el Señor a los que le aman. 13 Ninguno, cuando sea probado, diga: «Es Dios quien me prueba»; porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie. 14 Sino que cada uno es probado por su propia concupiscencia que le arrastra y le seduce. 15 Después la concupiscencia, cuando ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, una vez consumado, engendra la muerte. 16 No os engañéis, hermanos míos queridos: 17 toda dádiva buena y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de rotación. 18 Nos engendró por su propia voluntad, con Palabra de verdad, para que fuésemos como las primic...

«Le llevaban los enfermos en camillas»

Meditando en la lectura del Evangelio de hoy me detuve en una frase «cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas». A partir de ésto propongo dos reflexiones breves a considerar en este día: Primero, "cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús" y en segundo lugar: " le llevaban los enfermos en camillas". Todo en clave de la misión de los laicos como apóstoles. Dice el Evangelio Marcos 6, 53-56  En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret, y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos. "Cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús"  En...

¿Qué movía a Herodes?

Bien predicaba hoy el sacerdote en la Misa que estuve en la mañana, decía de Herodes que era el hombre que claramente se había dejado llevar por sus gustos, sus bajos deseos, malas inclinaciones, lujuria, su pecado, haciendo mal uso de la autoridad y manda a decapitar a Juan porque le había prometido la hija de Herodías, quien danzó para él y sus invitados, y su baile gustó a todos, entonces el rey le dijo a la joven: “Pídeme lo que quieras, que te lo doy”. Hasta la mitad de su reino le daría si se lo pidiese. Queda muy claro qué era lo que movía a Herodes en ese momento para llegar a decir semejante proposición. No hay dominio de sí, no es capaz de distinguir planos. No identifica hacia donde le lleva el mal, no lo identifica, no ve, está ciego. Podríamos pensar con esta lectura del Evangelio de San Marcos (6, 14-29) en la danza de la hija de Herodías, como la danza en el mundo de aquello cuanto atrae nuestro hombre viejo despertando un combate entre la fragilidad del hombre y la...

Nuestro auxilio es el Señor...

“Siendo un muchacho mató a un gigante”, dice, sobre David, la primera lectura  de hoy (Eclo 47, 2-13), esto lo pudo hacer porque en el momento él invocó al Dios Altísimo, quien hizo fuerte su diestra para eliminar al poderoso guerrero y restaurar el honor de su pueblo. Bien insertos por el bautismo en la misión que nos encomienda Cristo, esforzándonos por cumplir con el Plan que tiene para cada uno de nosotros, cada día trae sus propios afanes, a veces con obstáculos pequeños y otras con gigantes, y no pocas veces nos vemos como unos muchachos y repetimos aquello de Jeremías “es que soy un muchacho” y el Señor, estando en oración, rápidamente nos responde, “no digas soy un muchacho”. El paso importante que debemos hacer en esas circunstancias nos lo señala la lectura que vamos meditando: David, invocó al Dios Altísimo, y como respuesta a su oración es Dios que hace fuerte su diestra para derrotar al Gigante Goliat. En todo momento está el Señor, esperando de nuestra súplica, d...