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Como la lluvia que nutre la tierra es la Palabra de Dios

Como el agua de lluvia que cae del cielo y moja la tierra, la humedece, la nutre, permite que las raíces de los árboles beban y se nutran. Como el agua de lluvia que cae con fuerza y hasta la tierra más dura atraviesa, que al principio se demora pero luego se humedece, lo que era una capa gruesa y seca se moja y ennoblece, así penetra hasta lo más profundo de la tierra, la moja y la nutre. Así es la Palabra de Dios.

Esta figura nos plantea el Señor hoy en la primera lectura en boca de Isaías (55, 10-11). La lluvia es la Palabra de Dios ¿Quién es la tierra? Nosotros. Los hombres somos esa tierra a quienes el Señor manda el agua con la lluvia para nutrirnos, así nos manda su Palabra, para que de allí podamos nutrirnos para nuestra vida cristiana.

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