Ve a reconciliarte

"Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá", leemos en la última parte de la primera lectura de hoy, luego, el Evangelio llama nuestra atención respecto a la reconciliación con el hermano "si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con el hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda".

"Cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia él mismo salva su vida" (Primera lectura). Usualmente en una discusión o altercado las cosas van en peor cuando uno de los dos ofende, sea por falta de paciencia u otra razón uno de los que discuten comete una ofensa contra el otro, ésto irrita la relación, la debilita, en tanto hayan caído en ofensas mayores es peor.

El Señor nos llama a recapacitar, a convertirnos de nuestros actos malos, de nuestros errores. El Evangelio sitúa esto en el preciso momento de una relación fraterna "vete primero a reconciliarte con tu hermano". Nos impulsa a buscar siempre la reconciliación, que implica muchas veces renunciar a nuestras intenciones y deseos. "Vete" dice el Señor, es una actitud que debemos cultivar, nunca dejar pasar esto de ir donde el hermano y pedirle disculpas si fui el que ofendió, y si no, buscarlo para aclarar la situación caminando hacia la verdad.

El Señor nos da siempre la oportunidad "Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá".

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