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No olvidemos lo que hace el Señor

No olvidemos hermanos lo que el Señor Jesucristo ha hecho y sigue haciendo por nosotros. Él ha actuado en nuestra vida, a muchos nos ha perdonado pecados muy graves, pues a veces por estar insertados en el ritmo que marca el mundo, que es acelerado, nos puede pasar que no recordemos lo que Dios ha hecho por nosotros y de dónde nos ha rescatado muchas veces, desde el primer momento cuando nos encontramos con él hasta ahora cuando tropezamos.

San Pablo nos invita hoy a reparar en esto cuando dice en el final de la lectura de su primera carta a los corintios (6, 1-11) «No se engañen: ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores tendrán parte en el Reino de Dios. Y eso eran algunos de ustedes. Pero han sido lavados, consagrados y justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por medio del Espíritu de nuestro Dios».

Hemos sido pues, lavados, consagrados y justificados en el nombre del Señor Jesucristo y esto se ha realizado por medio del Espíritu de Dios. Esto, hermanos, lo debemos tener siempre presente.

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