Estar cerca de Dios

«Al borde del torrente, sobre sus dos orillas, crecerán árboles frutales de todas las especies. No se marchitarán sus hojas ni se agotarán sus frutos, y todos los meses producirán nuevos frutos, porque el agua sale del Santuario» es lo que leemos hoy en la primera lectura que nos propone la liturgia (Ezequiel 47,1-9.12), nos recuerda al salmo primero «...es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jamás se amustia su follaje; todo lo que hace sale bien». El agua de la que se habla en esta primera lectura viene del Santuario, es decir proviene de un lugar santificado por la presencia de Dios, aquél que se esfuerza por crecer al costado de esta corriente de agua será como el árbol del salmo, éste no se marchitará, como dice esta lectura que meditamos, y todos los meses producirá nuevos frutos.

Debemos esforzarnos por crecer en nuestra vida al costado del agua que viene de Dios, habiendo sido bautizados por esa agua no nos alejemos, crezcamos junto al torrente, así no nos marchitaremos ni nos agotaremos porque es el Señor quien al tenernos cerca nos da descanso en él y junto a él es que podremos producir muchos frutos apostólicos para gloria suya.

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