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Volver al Señor

El hijo pródigo, como es relatado por el Señor Jesús (Lc 15, 11), en un momento toma consciencia. Habiendo visto hasta dónde había llegado, recuerda cómo eran tratados los jornaleros de su padre, entonces se dice "iré donde mi padre y le diré: he pecado contra el cielo y contra ti  no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros". Al leer y meditar hoy en la primera lectura que nos propone la liturgia (Oseas 14, 2-10) nos encontramos en le primera parte con la voz del Señor que a través del profeta llama la atención a Israel, que como el hijo pródigo del Nuevo Testamento, ha pecado y ha tropezado por su falta, y le dice "conviértete al Señor Dios tuyo, porque tropezaste por tu pecado. Preparad vuestro discurso, volved al Señor".

Esta es la conversión. Implica entrar en sí mismo, como lo hace el hijo pródigo (Lc 15, 17) en este momento toca, siguiendo esta primera lectura que meditamos, tomar consciencia que hemos tropezado en el camino a causa de nuestro propio pecado, luego debemos pedir perdón, preparar nuestra oración al Señor, buscando volver a él, regresar a casa del Padre.

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