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Aprendamos de la fe de Pedro

En el Evangelio que meditamos hoy Mt 17, 22 - 27 encontramos también una enseñanza de obediencia a lo mandado o pedido por el Señor Jesús, y lo vemos en la actitud de Pedro. Y me apoyo en un comentario a este Evangelio hecho por San Juan Crisóstomo.
«Y así como nos causa asombro la virtud de Cristo, así también debe llenarnos de admiración la fe de Pedro, que obedeció a una cosa tan difícil. Por eso el Señor lo recompensó por su fe y lo incorporó a sí en la paga del impuesto, cosa que le fue sumamente honrosa, por eso dice: "Y abriéndole la boca hallarás un estáter. Dalo por mí y por ti"». (homiliae in Matthaeum, hom.58,2)
"Para no dar mal ejemplo", le dice el Señor a Simón antes de darle esta instrucción: ...«ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti"». Entonces Pedro va, y así lo hace.

Es una situación cotidiana, estaban llegando a Cafarnaún y los cobradores de impuestos se acercaron a Pedro, no se trata de una ocasión con mucha gente, ni de algo especial, sencillamente llegaban y sucedió esto. Pedro, está atento a la reacción de su maestro, del Señor, y obedece a algo que le pide, sin alguna intervención, pues pudo haber preguntado ¿y cómo puede suceder eso Señor? más el Evangelio no menciona una reacción de Pedro, como en otras ocasiones lo hace. Pedro tiene fe en él, sabe que lo que le pide sencillamente sucederá tal cual se lo está diciendo.

Nos enseña esta actitud a buscar hacer lo mismo día a día con las cosas que el Señor nos pide, en las cuales vemos algunas veces que son cosas difíciles de aceptar, de hacer, de acoger, de realizar, y muchas veces no tenemos fe que así puede suceder. Aprendamos de Pedro en esta ocasión muy cotidiana y busquemos tener nosotros la misma actitud.

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