Limpiate por dentro
Nos encontramos hoy con una realidad dura esta que denuncia el Señor Jesús, describe una enfermedad que se da al interior del ser humano y muchas veces las dejamos pasar sin hacer mucho, se trata de filtrar malas acciones pequeñas de los demás, juzgamos con fuerza, hablamos mal y más bien nosotros dejamos pasar acciones malas grandes, Jesús nos lo dice, es como filtrar un mosquito y dejar pasar un camello. Esto nos lleva a ser hipócritas. Mientras que por dentro estamos llenos de codicia y desenfreno, por fuera no sólo aparentamos otra cosa, sino que exigimos a los demás algo que no nos esforzamos por vivir.
Por esto el Señor nos pide hoy que más bien nos esforcemos por limpiar la copa por dentro para que también por fuera esté limpia.
¿Cómo podemos hacer esto?
Cuando lavas una copa sucia, lo primero que haces es insertarla en el agua y luego con un poco de detergente para lavar aplicamos la esponja y frotamos el vidrio de tal manera que quede limpio, eso se va viendo, vemos que el color va cambiando, lo sucio se retira y la copa queda limpia. Nosotros debemos acudir a una limpieza interior, y para esto el Señor nos ha dejado el sacramento de la reconciliación, debemos confesarnos. Pero para darnos una idea siguiendo la figura de lavar una copa en nuestro caso también tenemos que frotar nuestro interior, debemos examinarnos, ser sinceros con nosotros mismos y preparar una buena confesión para que el agua que nos purifica y da vida, que viene del Señor Jesús, se lleve lo sucio y nos deje limpios.
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