Nuestras habilidades y talentos deben estar dirigidos al bien de los demás
Me parece interesante encontrar en la primera lectura del día de hoy, tomada del libro del profeta Ezequiel, que el hombre cuando con su talento y habilidad se hace una fortuna, acumula tesoros, con su "agudo talento" se dedica a acrecentar su fortuna nada más, y deja que su corazón se llene de soberbia y de presunción, comienzan los problemas. Queda claro que el problema no está en poseer los bienes, sino cuando el talento y la habilidad que hemos recibido se vuelcan totalmente hacia ellos, como es el caso que se nos presenta en esta lectura.
Pues la habilidad y talentos deben estar dirigidos al bien de los demás, en esto conseguimos un bien propio, cuando realmente buscamos la felicidad para los demás, cuando servimos, cuando teniendo recursos pensamos en las necesidades que tienen otros que carecen de estos recursos que gracias, también, a nuestras habilidades y talentos, hemos conseguido. Pero la alegría la encontraremos cuando pongamos eso al servicio del bien de los demás.
Cuando hacemos lo contrario no encontramos la vida, más bien nos acercamos a la muerte, nos hundimos.
Pues la habilidad y talentos deben estar dirigidos al bien de los demás, en esto conseguimos un bien propio, cuando realmente buscamos la felicidad para los demás, cuando servimos, cuando teniendo recursos pensamos en las necesidades que tienen otros que carecen de estos recursos que gracias, también, a nuestras habilidades y talentos, hemos conseguido. Pero la alegría la encontraremos cuando pongamos eso al servicio del bien de los demás.
Cuando hacemos lo contrario no encontramos la vida, más bien nos acercamos a la muerte, nos hundimos.
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