"Dios lo puede todo" ¿creemos en estas palabras?

Meditando en la primera parte del Evangelio de hoy, vemos lo difícil que se presenta entrar al Reino de los Cielos, según presenta el Señor Jesús en el caso de los ricos, aquellos que poseen muchos bienes, al escuchar los discípulos lo que dice Jesús se quedan sorprendidos y entonces preguntan "¿quién puede salvarse?". El Señor mirándolos "fijamente" dice el Evangelio, les dice: "para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo". Y estas palabras del Señor nos invitan a reflexionar sobre la reacción del hombre cuando se encuentra con lo imposible, ante una falta de ejercicio de la humildad que es vivir en verdad, reconociendo nuestros errores, como nuestras capacidades y habilidades, es decir reconociendo lo bueno y lo malo, entonces ¿qué hacemos?

En el camino en busca de la felicidad muchas veces nos tropezamos, nos caemos, casi todos los días nos encontramos con imposibles, vemos que de veras es imposible seguir, y pensamos así es imposible salvarnos, pues hay una fuerte presencia del mal en el mundo, hay mucho que desanima seguir, desalienta, entonces muchos se frustran y ante esos "imposibles" no hacen otra cosa más que mirar abajo, pues no se presenta algún otro horizonte. Justamente esto último es lo que el Señor Jesús hace hoy y lo que meditamos en sus palabras, él nos presenta un horizonte, entiende que nosotros veremos lo imposible y que nos podemos quedar allí, pero inmediatamente nos da la esperanza, nos dice que ante lo que resulta imposible para los hombres "para Dios, todo es posible".

Ahora la pregunta es ¿Creemos en estas palabras? ¿De veras creemos que para Dios todo es posible y que estando en él podremos lograrlo y que buscándolo, pidiéndole, rezándole de veras podremos alcanzar eso que es bueno y vemos como imposible?

La presencia fuerte del mal, tan cercano para muchos, hace que esté más a la mano el desánimo, el desaliento, la frustración, así, todo lo que Dios nos puede presentar como un horizonte de vida atractivo, hermoso, pronto lo veremos como algo imposible, pero sucede cuando como Pedro estando sobre las aguas dejamos de ver fijamente al Señor. Éste es el trabajo del maligno y su ejército, trabajar para que el hombre y su proyecto, obra de Dios, se frustre. Esto no sucederá para aquél que crea en las palabras del Señor, aquél que descubra en su vida que verdaderamente Dios todo lo puede, aquél que reconociendo sus limitaciones acuda a Dios y vea su poder, él actúa, él sigue obrando cada día y hay muchas personas que pueden hoy dar fe de esto.

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