Hablemos de la Palabra de Dios

En la primera lectura de hoy nos encontramos con esta línea hacia el final de la cita de Ezequiel en donde no hace muchas palabras que comenzó a relatar su visión, «...Y me dijo: Hijo de Adán, anda, vete a la casa de Israel y diles mis palabras». Luego de haberle dado de comer un rollo, según cuenta de su visión, le dice que se dirija al pueblo de Israel y que proclame sus palabras, le pide que le hable a Israel. Cuenta también Ezequiel que cuando recibe el rollo escrito le sabe dulce como la miel, y es así la Palabra de Dios, dulce como la miel, bueno para nosotros, y podemos ver en esta misión del profeta Ezequiel también una para los que meditamos la Palabra de Dios, anunciarla, proclamarla al mundo, hay que hablar de ella, hay que dar testimonio de la Palabra de Dios, de lo que encontramos en la Sagrada Escritura.

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