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Mostrando entradas de 2011

Tres consejos para esta semana

En la segunda lectura de hoy, tomada de la primera carta del Apóstol a los Tesalonicenses, San Pablo nos deja tres buenos consejos para vivir en esta tercera semana de adviento, semana de gozo porque ya viene el Salvador. 1 Tes 5, 16-18 «16 Estad siempre alegres. 17 Orad constantemente. 18 En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros». La alegría brotará del encuentro con el Señor Jesús, sabiendo eso, seguramente, San Pablo recomienda, luego de la invitación a la alegría, rezar constantemente. La oración nos ayudará en este tiempo a prepararnos interiormente para la venida del Niño Dios. Ya viene, es una alegría interior la que experimentamos, pues no hemos visto el motivo de nuestra alegría, pero la vivimos, por eso es interior. Así, es que necesitamos estar en constante contacto con nuestro interior, experiencia que sólo la oración intensa nos la puede dar. El fruto de esto se muestra, en primer lugar, en la alegría que todos ven ...

¿Dónde estabas cuando el Señor vino a visitarte?

Una breve meditación sobre el Evangelio de hoy (Lc 19, 41-44) 41 Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella, 42 diciendo: «¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. 43 Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, 44 y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita». Es motivo de lágrimas para el Señor que esta ciudad no conozca el mensaje de paz que él trae. Es algo que "ha quedado oculto a sus ojos". Entristece ver cuando una persona o toda una ciudad no reconoce lo esencial en sus vidas, cuando rechazan vivir de su identidad, de su ser personas y de su llamado a la grandeza, ante ése mensaje de la paz, que Jesús trae, muchos tienen ojos y oídos, para verlo y escucharlo, pero no lo ven, no pueden escucharlo, y esto provoca ...

¿Qué quieres que haga hoy por tí?

¿Qué quieres que haga por tí? nos pregunta hoy el Señor Jesús, pero esta pregunta la realiza en el contexto de algunas particularidades que hacen mucho más interesante la respuesta del Señor. Leamos el Evangelio... 35 Sucedió que, al acercarse él a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna; 36 al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello. 37 Le informaron que pasaba Jesús el Nazoreo. 38 y empezó a gritar, diciendo: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!» 39 Los que iban delante le increpaban para que se callara, pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». 40 Jesús se detuvo, y mandó que se lo trajeran y, cuando se hubo acercado, le preguntó: 41 «¿Qué quieres que te haga?» Él dijo: «¡Señor, que vea!». 42 Jesús le dijo: «Ve. Tu fe te ha salvado». 43 Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios. El grito pidiendo ayuda El ciego de...

Mis ojos le mirarán

La primera lectura de hoy, conmemoración de los fieles difuntos, es tomada del libro de Job, en su capítulo 19, versículo 26 al 27 dice: «Tras mi despertar me alzará junto a él, y con mi propia carne veré a Dios. Yo, sí, yo mismo le veré, mis ojos le mirarán, no ningún otro». Al leer esta hermosa declaración, luego de los versículos anteriores, y conociendo un poco la historia de Job, conmueve la firmeza con la que dice: "Yo mismo le veré, mis ojos". También invita esto a reflexionar sobre la responsabilidad de ese encuentro con Dios, ése que viene con la muerte, "tras mi despertar", esta no es más que responsabilidad de cada uno, como bien indica Job "mis ojos le mirarán, no ningún otro". Desear que esto suceda implica trabajar de manera esforzada y sacrificada para ganar la virtud que me lleva a la limpieza que necesito para ver a Dios, estar con los trajes de la boda, limpios, y él me verá y así mis ojos lo verán, no otros, los míos. Por lo tanto no...

Fuego sobre la tierra

El Evangelio que nos toca hoy (San Lucas 12, 49-53) comienza con una cita que siempre cuestiona mucho y muestra la fuerte sintonía entre el Hijo y el Padre. «He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! «¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Los primeros versículos tienen todo el contenido en donde el Señor Jesús muestra este, no sólo ardor, sino angustia, como él mismo lo dice, para que se cumpla el Plan del Padre, arrojar fuego sobre la tierra, el fuego de la Verdad que es su mismo Hijo, y al contacto de esa verdad con lo que es del mundo se produce división. Porque el Mundo no es capaz de aceptar esa verdad que irrumpe y desordena lo que él ordena a su parecer, llevado por sus gustos. La Fuerza de la Verdad de Cristo, es la que golpea y desacomoda al acomodado, rompe con los esquemas de este mundo...

Del pecado al Servicio de Dios

«Pues si en otros tiempos ofrecisteis vuestros miembros como esclavos a la impureza y al desorden hasta desordenaros, ofrecedlos igualmente ahora a la justicia para la santidad», dice San Pablo a los Romanos, según nos los recuerda la primera lectura de hoy. Sirviendo a la impureza y al desorden en otros tiempos de mayor consentimiento del pecado, tiempos de esclavitud con el pecado. Como el mismo apóstol señala en el versículo 21 «¿Qué frutos cosechasteis entonces de aquellas cosas que al presente os avergüenzan? Pues su fin es la muerte». Ahora, más conscientes, vivimos avergonzados de los frutos de aquellos tiempos, vergüenza nos debe dar esa cosecha. En el versículo 22 San Pablo nos presenta nuestro nuevo horizonte «Pero al presente, libres del pecado y esclavos de Dios, fructificáis para la santidad; y el fin, la vida eterna». El fin efectivamente es este, el de la vida eterna. Pero debe haber una gran ruptura que está definida por la respuesta ¿A quién sirves? No podemos servir...

Nosotros somos de Dios

Guiados aún por la pregunta que nos suscita el Evangelio del Domingo pasado ¿Qué es de Dios? las lecturas de la liturgia de estos días han ido respondiendo de a pocos.  El día lunes el Evangelio según San Lucas ilumina más la reflexión sobre las respuestas para aquella pregunta, con una parábola, en donde Dios le dice al hombre necio, luego de advertirle que esa misma noche morirá: «Lo que has acumulado, ¿para quién será?». Enseñando con esto que los frutos de nuestras obras deben ser de Dios, deben ser ofrecidos a Él, por lo tanto nuestros actos deben ser dignos de Dios; es como cuando reconocemos una buena marca de un automóvil o cierto producto, sabemos que el rendimiento de dicho artículo u objeto será digno del nombre de marca que lleva, es decir, su rendimiento habla de su fabricante. Nuestros actos, como cristianos auténticos que queremos ser, es decir verdaderos seguidores de Cristo, deben hablar de su presencia en nuestras vidas. Bajo esto entonces debemos acumular teso...

¿Qué es de Dios?

Esta es la pregunta con la que abrimos esta semana y que nos la plantea el Evangelio del primer día de la semana, el día del Señor, el Domingo. Escuchábamos pues en el Evangelio de la Misa que el Señor luego de haber visto la intención con malicia de los que le preguntan si es lícito o no pagar el tributo al César, responde: «Mostradme la moneda del tributo. Ellos le presentaron un denario. Y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción? Dícenle: «Del César.» Entonces les dice: «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios» . Al respecto el Papa Benedicto XVI, el día de ayer, hizo una reflexión en la que me apoyo y uso como guía: (...) El tributo a César se paga, porque la imagen en la moneda es suya; pero el hombre, todo hombre, lleva consigo otra imagen, la de Dios, y por tanto es a Él, y sólo a Él que cada uno es deudor de la propia existencia. Los Padres de la Iglesia, que se basan del hecho que Jesús se refiere a la imagen del Emperador acuñada...

El apóstol debe rezar por las personas a las que les anuncia el Evangelio

En la segunda lectura de ayer Domingo, San Pablo nos da una lección a todos los discípulos del Señor que hacemos apostolado, es decir que anunciamos con nuestra vida, testimonio y palabra, a Cristo. Dirigiéndose a la Iglesia de los Tesalonicenses, en su primera carta hacia ellos, manifestando que está con Silvano y Timoteo, dice en el segundo versículo: «En todo momento damos gracia a Dios por todos vosotros, recordándoos sin cesar en nuestras oraciones». No basta pues el primer momento del anuncio, que es en donde además, por obra del Espíritu Santo, la persona que ha tomado contacto con el apóstol, se asombra ante la presencia de Cristo en su vida, con diversas manifestaciones del Señor. San Pablo propone con su ejemplo, rezar por aquellos que antes ha visitado y a los que les ha anunciado el Evangelio, en todo momento da gracias a Dios por ellos y los tiene presente en sus oraciones, los recuerda sin cesar.

El Evangelio es una fuerza de Dios

En este primer capítulo de la Carta a los Romanos, el Apóstol evidencia su hambre de anunciar el Evangelio de Jesucristo, muestra claramente el ardor que tiene por llevar a Cristo a los demás, de los que sabe además que lo necesitan, como lo dice en los versículos anteriores a los que ahora vamos a meditar: «14 Me debo a los griegos y a los bárbaros; a los sabios y a los ignorantes: 15 de ahí mi ansia por llevaros el Evangelio también a vosotros, habitantes de Roma» . Hoy en la primera lectura tenemos los versículos del 16 al 25, todavía en el primer capítulo de la carta. No me avergüenzo del Evangelio «16 Pues no me avergüenzo del Evangelio, que es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree...»  El testimonio de San Pablo viene cargado de una fuerza real, que él vive, pues el Evangelio lo ha salvado, el Apóstol se ha encontrado con Cristo. Ha escuchado su voz: "Yo soy Jesús, a quien tú persigues". Efectivamente se ha encontrado con el Evangelio vivo, ha ...

Llamados y elegidos

En la primera lectura de hoy vemos al inicio de la Carta a los Romanos una presentación del Apóstol, que marca su identidad, dice: "apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios" y en otra traducción dirá: "he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio". Anunciar el Evangelio, éste, dice San Pablo, se refiere al Hijo de Dios, nacido según la carne, de la estirpe de David. Se refiere al Señor Jesús. Pablo, el Apóstol, ha sido llamado a anunciar a Cristo. Apóstol por vocación El apóstol es un enviado, pero no sólo es eso; en la audiencia del 2 de agosto del 2006 el Papa Benedicto XVI reflexiona sobre las características del apóstol. ¿Qué tipo de personas eran los Apóstoles? En pocas palabras, podríamos decir que eran "amigos" de Jesús. Él mismo los llamó así en la última Cena, diciéndoles: "Ya no os llamo siervos, sino amigos" (Jn 15, 15). Fueron, y pudieron ser, apóstoles y testigos de Cris...

"El susurro de una brisa suave"

Como el susurro de una brisa suave es la oración, el momento de diálogo con Dios. A veces con criterios que no son de Dios, más bien, del mundo, esperamos que la respuesta del Señor ante nuestras peticiones o largos ratos de oración sobre algunos asuntos, sean muy visibles con signos claros, y algo fuerte como para darnos cuenta en medio de nuestro tan atareado ritmo cotidiano, en donde muchas veces nuestra relación con el Señor queda en segundo plano. La primera lectura del día de ayer Domingo, día del Señor, nos da una buena lección sobre este asunto, que creo será una buena pauta para vivir en esta semana. En el libro I de Reyes, hacia el capítulo 19 (19, 9a. 11-13a, para ser exactos), el profeta Elías había llegado ya al monte Horeb, y es en donde le fue dirigida la palabra de Yahveh: "Sal y ponte en el monte ante Yahveh". La idea era que debía esperar el paso de Yahveh. Comienza con el paso de un huracán fuerte, pero en él no está Yahveh, luego viene un temblor, y ta...

Éste es nuestro Dios, en quien esperamos

En la primera lectura de hoy Domingo el Señor a través del profeta Isaías nos muestra el Reino al cual estamos convocados y da a todos la esperanza de llegar a él, da el sentido que tienen los dolores y sufrimientos que se asumen y se enfrentan cuando cargamos la Cruz, esta esperanza llegará, en tanto asumamos lo que sabemos se requiere para llegara a la Promesa que el Señor nos hace. Dice Isaías en los versículos finales del capítulo 25: 8 consumirá a la Muerte definitivamente. Enjugará el Señor Yahveh las lágrimas de todos los rostros, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra, porque Yahveh ha hablado. 9 Se dirá aquel día: «Ahí tenéis a nuestro Dios: esperamos que nos salve; éste es Yahveh en quien esperábamos; nos regocijamos y nos alegramos por su salvación». 10 Porque la mano de Yahveh reposará en este monte. Luego de haber dicho que el Señor preparará a todos los pueblos en aquél monte un convite de manjares frescos, convite de buenos vinos, Is...

Pedid, buscad y llamad

En el Evangelio de San Lucas (11, 5-13) hoy nos da el Señor algunas luces respecto a esa relación de hijo - Padre. Somos sus hijos, y si lo somos, es decir vivimos auténticamente como tales, él velará por nosotros, por lo que necesitemos, lo que nos haga falta. Nos invita pues, a recurrir a él con confianza de hijos. Como dice en la pregunta que plantea: "Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿Cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?". Entonces el Señor nos dice: "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá".

El día que el Señor actúe

La primera lectura, correspondiente al día de hoy, nos muestra la meta a la cual todo cristiano que persevere en el buen combate de la fe, llegará. Se trata del libro de Malaquías (3, 13-20). Podemos ver que lo que describe el texto es lo que pasa ahora, cosas como: "los arrogantes son llamados felices", "dichosos los malvados", "a los impíos les va bien", "tentando a Dios escapan libres". Sin embargo, a través del profeta, el Señor declara a los que son del Señor, los que lo sirven: "El día que yo actúe, ellos serán mi propiedad, me compadeceré de ellos, como un padre se compadece del hijo que lo sirve, entonces verán la diferencia entre el justo y el malvado, entre los que sirven a Dios y los que no le sirven". En esto queda la respuesta a la pregunta de los que dicen "no vale la pena servir al Señor": "¿Qué sacamos con guardar sus mandamientos?". Ésa es nuestra meta: que el Señor nos escoja para vivir con él d...

Martas y Marías

En el Evangelio de hoy nos encontramos con Marta y María, quienes reciben al Señor Jesús en su casa, quien va de paso y se detiene en este pueblo. Veamos el Evangelio de San Lucas, 10. 38 Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. 39 Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, 40 mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.» 41 Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; 42 y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada.» Al meditar esta cita podemos ver que Marta recibe al Señor Jesús en su casa, y al pasar, Jesús se encuentra con María, hermana de Marta, quien se sienta a sus pies a escuchar su Palabra. Marta en medio de muchos quehaceres se acer...

La fuerza de la conversión

Escuchamos o leemos en la primera lectura de hoy (Jonás 3, 1-10)... ...clamen a Dios con fuerza; que cada uno se convierta de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos. 9 ¡Quién sabe! Quizás vuelva Dios y se arrepienta, se vuelva del ardor de su cólera, y no perezcamos.» 10 Vio Dios lo que hacían, cómo se convirtieron de su mala conducta, y se arrepintió Dios del mal que había determinado hacerles, y no lo hizo. Nínive estaba situada en la confluencia entre el río Tigris y el Khosr, Nínive era un importante punto de paso de las rutas comerciales que cruzaban el Tigris. Ocupaba una posición central en las rutas entre el Mediterráneo y el Índico, uniendo así el Este y el Oeste, recibiendo influencias y riqueza de muchos lugares. Llegó a convertirse en una de las más grandes ciudades antiguas de la historia. Descrita por Jonás como una ciudad grande de tres días de recorrido. La ciudad de Nínive iba a ser destruida en cuarenta días si es que no se arrepentían d...

Viviendo dignamente la vocación a la que hemos sido llamados

Reflexionemos sobre algunas lecciones de la primera lectura que nos propone la liturgia en este día, en el que celebramos a San Mateo, apóstol y evangelista. Tomado de Efesios 4 1 Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, 2 con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor,   Vivir de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados... Caminar en medio de las responsabilidades y diversas acciones a las que uno está comprometido podría perder el rumbo en tanto lo hecho no responda en actos concretos a la vocación a la que hemos sido llamados. Buena invitación nos hace San Pablo, tener presente que mi vida debe reflejar la vocación que tengo, y debo vivir cada día dignamente según tal llamado. Virtudes implicadas en la vivencia de mi vocación "Humildad, mansedumbre y paciencia" luego dice: "soportándoos unos a otros por amor". Atendamos br...

Mi madre y mis hermanos

«Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen». Nuevamente el Señor llama nuestra atención respecto a la fórmula oír la Palabra de Dios y ponerla en obra. Son dos aspectos, escuchar y obrar. Oír la Palabra   El Señor Jesús nos va hablando a través de la Sagrada Escritura, nos va guiando, va conduciéndonos como lo hacía con el Pueblo de Israel, en el día con la columna de nube y en la noche con la columna de fuego, así el Señor ahora nos orienta, nos da pautas sobre lo necesario para nuestra vida, sea para compartir la alegría que vivimos con los demás o para enfrentar obstáculos en el camino. Él nos da las orientaciones que necesitamos. Implica de nuestra parte atención, escucha, silencio interior, para verdaderamente escuchar con atención. Es necesario meditar su Palabra todos los días.  Poner por obra   Luego de haber escuchado lo que el Señor nos dice, luego de haber meditado su Palabra, esta experiencia nos conduce a ...

Buscadores del Señor

"Busquen al Señor" comienza diciendo Isaías en la primera lectura de hoy, y la antífona del salmo apoya la idea invitándonos a rezar: "Cerca está el Señor de los que lo invocan". Buscar al Señor debe ser mi meta diaria, desde que me levanto buscarlo y rezarle para estar en sintonía con el Plan que Él tiene para mí en este día. Pero ¿en dónde lo busco? ¿Cómo? El salmo nos da la clave, en primer lugar, invocándolo, tengo que estar en un espacio y momento de oración en mi día, tengo que invocar allí al Señor, hacerlo sinceramente, pedirle que esté cerca de mí, que él me guíe en todo lo que tenga y deba hacer en ese día, sea en el trabajo, estudio, diversas actividades que me corresponden. Luego de haberlo buscado, primero, en los espacios privilegiados (los sacramentos, la oración, en el Sagrario), lo busco en los demás... Pues el Señor se manifiesta a través de mis hermanos, en tanto ellos estén en su presencia, sean hombres de Dios, entonces él también me habla a...

«Sácame Señor de la red que me han tendido»

En el Salmo que meditamos hoy... 5 Sácame de la red que me han tendido, que tú eres mi refugio; 6 en tus manos mi espíritu encomiendo, tú, Yahveh, me rescatas. En este par de versículos del Salmo 30, se canta esta súplica al Señor. Sácame de la red que me han tendido. Petición que remite inmediatamente a alguien que nos tiende una red para hacernos daño, pues pide el salmista que lo saquen de esa red en la que además se ve envuelto. ¿Acaso no nos ha pasado? Hay veces en las que percibimos que el mal que nos rodea es como una red que nos tienden para que caigamos, las tentaciones, nuestras fragilidades, nuestra voluntad afectada, y si caídos estamos, es cuando debemos suplicar con fuerza y esperanza en el Señor: "Sácame de la red que me han tendido, tú eres mi refugio". Rápidamente encomendarnos a él, pues él es quien nos rescatará. Se convierte entonces en una buena jaculatoria: "Sácame de la red que me han tendido, ...tú eres mi refugio, ...tú me rescatas".

La oración por todos los hombres

Nos ubicamos hoy en la primera carta del apóstol San Pablo a Timoteo, en la primera lectura que toca en este día (1Tim 2, 1-8). "Querido hermano" le dice el Apóstol, «Te ruego, ante todo, que hagan oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por todos los reyes, por todas las autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y pacífica, religiosa y digna»... En otra traducción dirá ...«para que vivamos una vida tranquila y apacible, con toda piedad y dignidad». Nos muestra San Pablo el fruto de la oración por los demás, por todos los hombres, aquellos que van por buen camino, como aquellos que no, por aquellos con los que nos llevamos bien, como aquellos con los que no, la oración, súplicas y plegarias con acción de gracias se debe elevar al cielo como un incienso por todos los hombres. Así, llevaremos una vida tranquila, apacibles, pacífica, religiosa, digna, con piedad. La explicación de por qué hacer esto nos la da el mismo Pablo má...

Le dices SEÑOR, y ¿haces lo que ÉL te pide?

En el versículo 47 del Evangelio que toca el día de hoy (San Lucas 6, 43-49) vemos que el Señor dice: «Todo el que venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica, os voy a mostrar a quién es semejante: Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca. Al sobrevenir una inundación, rompió el torrente contra aquella casa, pero no pudo destruirla por estar bien edificada. En sus primeras palabras nos da la clave para leer las citas correspondientes, dice: 1. Todo el que venga a mí, 2. y oiga mis palabras, 3. y las ponga en práctica. 3 pasos para todo cristiano que desee tener una casa sólida que no se destruya por nada al estar bien edificada. Acercarse al Señor, escucharlo y poner por obra lo que nos dijo. Nos propone un itinerario de crecimiento espiritual. Para aquellos que ya están cerca del Señor resuena la pregunta: Si le dices todos los días MI SEÑOR, y verdaderamente reconoces en él a tu Señor ¿Haces lo qu...

I Tesalonicenses 3, 7-13

Encuentro dos temas interesantes para desarrollar en la reflexión de este día. En primer lugar el testimonio de la fidelidad y en segundo lugar la experiencia de rebosar de amor mutuo y a todos. El testimonio de la fidelidad Escribe San Pablo en los primeros versículos: "Hermanos: En medio de todas muestras dificultades y tribulaciones, la fe de ustedes nos ha dado un gran consuelo. El saber que permanecen fieles al Señor, nos llena ahora de vida". La Vida Cristiana, bien lo sabemos, tiene momentos de alegría y dolor, ambas son experiencias que construyen y forman a un verdadero cristiano que procura y se esfuerza en vivir lo que vivió su maestro, el Señor Jesús. Pasamos por dificultades y tribulaciones, y en esos momentos el testimonio de vivencia sólida de la fe de otros nos alienta y nos muestra el horizonte, nos renueva, como dice el Apostol, "nos llena ahora de vida". El saber que nuestros hermanos permanecen fieles al Señor nos llena. Esto es una amista...

Dios le da semilla al sembrador y pan para comer

Hoy Dios nos da consejos claros a través de San Pablo en su segunda Carta a los Corintios (9, 6-10). Hablan por sí mismas, entonces las pondré de manera separada con alguna breve reflexión. "El que poco siembra, cosecha poco y el que mucho siembra, cosecha mucho". Nada queda para decir porque claro está. Nada más dirigir esto intencionalmente hacia la importancia de el cuidado por nuestro trabajo personal, nuestra revisión diaria sobre cómo estamos, sobre lo que hicimos, nuestro examen de conciencia, además de revisar los puntos en los que necesitamos crecer y cuidarnos y tener cuidado en ello. Tenemos que sembrar mucho y para sembrar hay que trabajar la tierra. "Cada cual de lo que su corazón le diga, y no de mala gana ni por compromiso, pues Dios ama al que da con alegría". Nuestro corazón cotidianamente nos impulsa a las obras grandes, buenas, nobles, caritativas, nos dicta buenas iniciativas, y esto debemos hacerlo de buena gana y no porque debo hacerlo, e...

"El susurro de una brisa suave"

Como el susurro de una brisa suave es la oración, el momento de diálogo con Dios. A veces con criterios que no son de Dios, más bien, del mundo, esperamos que la respuesta del Señor ante nuestras peticiones o largos ratos de oración sobre algunos asuntos, sean muy visibles con signos claros, y algo fuerte como para darnos cuenta en medio de nuestro tan atareado ritmo cotidiano, en donde muchas veces nuestra relación con el Señor queda en segundo plano. La primera lectura del día de ayer Domingo, día del Señor, nos da una buena lección sobre este asunto, que creo será una buena pauta para vivir en esta semana. En el libro I de Reyes, hacia el capítulo 19 (19, 9a. 11-13a, para ser exactos), el profeta Elías había llegado ya al monte Horeb, y es en donde le fue dirigida la palabra de Yahveh: "Sal y ponte en el monte ante Yahveh". La idea era que debía esperar el paso de Yahveh. Comienza con el paso de un huracán fuerte, pero en él no está Yahveh, luego viene un temblor, y ta...

Recordando los prodigios del Señor

Hay una gran conexión entre la primera lectura de hoy (Deuteronomio 4, 32 - 40) y el salmo (76), ambas se refieren a los prodigios realizados por el Señor en el tiempo de la peregrinación del pueblo Israel hacia la tierra prometida. Ahora Moisés se pone ante ellos y les dice: "A tí te ha concedido ver todo esto, para que reconozcas que el Señor es Dios y que no hay otro". Más adelante les dirá: "Reconoce pues, y graba en tu corazón, que el Señor es el Dios del cielo y de la tierra", "cumple sus leyes y mandamientos ...para que seas feliz". Alguna vez escuché algo que se me quedó grabado. Que la historia del pueblo de Israel es la historia de todo cristiano, que es rescatado por el Señor y conducido como oveja en el rebaño del buen pastor, el cristiano que terco no quiere avanzar, que se queja ante las dificultades, que cae, y el Señor que muestra su amor dando alimento a su pueblo, acompañándolo y guiándolo con una columna de fuego en las noches y una de ...

Que no seamos sordos a tu voz

Es la antífona que el Salmo 94 de hoy nos presenta: "Señor, que no seamos sordos a tu voz". Ante las hechos de los cuales estamos siendo testigos en estos días al seguir las primeras lecturas, vemos cuan seguido el Señor hablaba al pueblo elegido, a los israelitas, podemos ver que sus manifestaciones eran frecuentes y grandes obras en favor de su pueblo Él hacía. También somos testigos de la dureza de corazón de parte de este pueblo, que ante estas manifestaciones, al encontrarse con una dificultad en el viaje por el desierto no hacía otra cosa más que reaccionar con el corazón, la vista y el oído cerrados. En este contexto cobra fuerza esta antífona: "Señor, que yo no sea sordo a tu voz".

Si confiamos en el Señor ¿Mostramos esa confianza?

Algunas reflexiones sobre la primera lectura de hoy: Números 20, 1-13 Creo necesario tener a la vista toda la lectura y escribir las reflexiones luego de cada párrafo: En aquellos días, la comunidad total de los israelitas llegó al desierto de Sin el mes primero, y el pueblo se instaló en Cades. Allí murió María y allí la enterraron. Entonces le faltó agua al pueblo , y amotinándose contra Moisés y Aarón, les dijeron :  «¡Ojalá hubiéramos muerto en la paz del Señor, como nuestros hermanos! ¿Por qué han traído a la comunidad del Señor a este desierto, para que muramos en él nosotros y nuestro ganado? ¿Por qué nos han sacado de Egipto, para traernos a este horrible sitio, que no se puede cultivar, que no tiene higueras ni viñas ni granados, ni siquiera agua para beber?».   Vemos nuevamente al pueblo quejándose ante una nueva necesidad. Ahora "les faltaba agua", al ver esto el pueblo no es capaz de reconocer los milagros hechos por el Señor recientemente, como por eje...

"Yo solo no puedo cargar con este pueblo" - La queja

Voy entendiendo que la misión que el Señor nos da, para cumplir en la tierra y como medio de santificación, no es muy fácil, y tampoco tiene que serlo, pues como todo en nuestra vida, no encuentras algo que no tenga dificultades. Es el caso de Moisés en la primera lectura que hoy toca. Le sucede cuando el pueblo de Israel comienza a quejarse del Maná, que era la comida que el Señor les daba durante su camino hacia la tierra prometida. "Mientras caía el rocío también caía el Maná". Pero ellos se quejaban porque decían que ya estaban cansados de lo mismo, y cedían a sus viejos apetitos cuando estaban en Egypto, ahora pedían comer carne. Entonces Moisés oyendo las quejas del pueblo, le dice al Señor: " ¿Por qué tratas mal a tu siervo? ¿En qué te he desagradado para que tenga que cargar con todo este pueblo? ". Más adelante dice en su diálogo con Dios: " Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues es demasiado pesado para mí ". Y habría que agregar qu...

"Cerca está el Señor de los que lo invocan"

Reflexiones con el Salmo 144, 8-9.15-17 (Del Domingo XVIII, T.O.) El Señor es clemente y misericordioso,    lento a la cólera y rico en piedad;    el Señor es bueno con todos,    es cariñoso con todas sus criaturas. Los ojos de todos te están aguardando,    tú les das la comida a su tiempo;    abres tú la mano,    y sacias de favores a todo viviente. El Señor es justo en todos sus caminos,    es bondadoso en todas sus acciones;    cerca está el Señor de los que lo invocan,    de los que lo invocan sinceramente. Lo primero que muestra esta parte del Salmo 144 es la grandeza del Señor que es rico en misericordia, piadoso, cariñoso con todas sus creaturas. Grande es el amor del Señor para con el hombre. Podemos traer a memoria aquí el Salmo 8. Pero cuando caemos en pecado y más con pecado grave, y vivimos así, cuando faltamos a la caridad, cuando obramos mal, hablamos mal de alguien,...

Inclinen el oído, vengan a mí: escúchenme y vivirán.

Meditación sobre la primera lectura del Domingo XVIII del T.O. Parece ser que lo dicho por Isaías en los versículos del 1 al 3 del capítulo 55 se puede leer mejor desde la frase: "Inclinen el oído, vengan a mí: escúchenme y vivirán", que consiste en un llamado a escuchar al Señor, acudir siempre hacia él, que haciéndolo así viviremos. "Vengan a mí" Sobre esto, escribe el profeta: «Todos los que tengan sed, vengan a beber agua, también los que no tienen dinero: vengan , compren trigo, coman gratuitamente vino y leche sin pagar nada». Y luego pone la pregunta que sirve mucho para entender esta primera parte: ¿Por qué gastan dinero en lo que no alimenta, y el salario en lo que no deja satisfecho? Valdría la pena preguntarnos cuanta energía o tiempo gastamos en cosas que no nos satisfacen, en cosas que no nos alimentan. Las palabras "Vengan a mí" reflejan un llamado a lo esencial, es el Señor quien nos dice cuando tengan sed, vengan a mí; cuando necesi...

Busca siempre y en todo al Señor y nada te faltará

Comparto algunas reflexiones tomadas del Salmo 33 "Cuando el pobre grita, el Señor oye, y le salva de todas sus angustias". (33, 7) ¿Quién es el pobre? ¿Acaso sólo el que carece de bienes materiales? Podría pensar también en pobre de mí cuando carezco de los bienes espirituales, y vivo en angustia. Supone esta cita un continuo ejercicio de examen de conciencia para darme cuenta y ser consciente de mis pobrezas y gritar al Señor, luego él me escucha y me salva de todo aquello que me angustia. Así he de bendecir al Señor en todo momento. "Los que buscan al Señor de ningún bien carecen". (33, 11) En el versículo anterior dice: "Los ricos quedan pobres y hambrientos", es decir los que piensan que ya todo lo tienen, y si no están conformes, buscan más en lo material, estos son los que al final siempre quedan pobres y hambrientos. Más aquellos que por sobre esta necesidad destacan como algo esencial para sus vidas buscar al Señor, son los que de ningún b...

Amarnos los unos a los otros es reflejo de Dios en nosotros

Hoy en la primera lectura el Señor llama nuestra atención hacia la vivencia del amor entre nosotros para que él siempre permanezca. "Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros" (1Jn 4, 7-6). Dice el apóstol Juan, que si Dios nos ha amado de esta manera, entregando a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. Viviendo esto daremos testimonio de que permanecemos en Dios. Justo hoy, el Papa Benedicto XVI dirigiendo unas palabras al Prepósito General de los Clérigos Regulares de Somascos, con motivo del año jubilar convocado por la Orden en el quinto centenario de la prodigiosa liberación de la cárcel del fundador, san Jerónimo Emiliani (1486-1537), les dice que la pobreza de amor es la raíz de todo problema humano. Al respecto dijo: "Es necesario que el crecimiento de las nuevas generaciones sea alimentado no sólo por nociones culturales y técnicas, sino sobre todo por el amor, que vence a...

Su rostro resplandecía por haber hablado con el Señor

De la primera lectura de hoy: Exodo 34, 29-35 "Al ver el rostro de Moisés, tuvieron miedo de acercarse a él" «Cuando Moisés bajó de la montaña del Sinaí con las dos tablas de la alianza en las manos, no sabía que su rostro resplandecía por haber hablado con el Señor ». Más adelante se explica, en este mismo capítulo, que siempre que Moisés hablaba con el Señor su rostro resplandecía. Cuando entramos en diálogo de oración con el Señor, cuando lo visitamos y nos arrodillamos a conversar con él ante el sagrario en la capilla, o cuando lo visitamos y él está expuesto, entramos como Moisés en un diálogo profundo con el Señor, y nuestro rostro resplandece. Este es el signo para los demás de la presencia de Dios en nuestras vidas. Pero ¿Qué significa que nuestro rostro resplandezca? Significa que vivimos una alegría profunda a partir del encuentro con el Señor, que se manifiesta ante los demás en el brillo y pureza de nuestra mirada, en nuestro trato caritativo con los demás,...

El Señor es compasivo y misericordioso

Del Salmo 102: El Señor es compasivo y misericordioso. «Lento para enojarse y generoso para perdonar. El Señor no estará siempre enojado, ni durará para siempre su rencor». «No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. Como un padre es compasivo con sus hijos, así es de grande su misericordia». «Así como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien lo ama, pues bien sabe él de lo que estamos hechos y de que somos barro, no se olvida». Sobre esto... Algunas reflexiones A veces cuando la embarramos en algo, cuando nos equivocamos o caemos en pecado no recurrimos rápidamente a la misericordia del Señor, no recordamos que él es compasivo y misericordioso. Para esos momentos este salmo nos lo recuerda:  Es generoso para perdonar. No estará siempre enojado. No nos trata como merecen nuestras culpas. Y luego en la última estrofa señala algo a tener en cuenta siempre: Él no mira nuest...