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Mostrando entradas de 2012

María, maestra

El Evangelio de hoy nos muestra a Santa María maestra de la vida espiritual, ella es quien tiene la experiencia del anuncio de un ángel y también, como le fue anunciado, de recibir al Espíritu Santo. Debemos dirigir la mirada hacia esta maestra que el Señor Jesús nos ha dejado para poder enriquecer nuestra vida interior, cultivarla y así estar atentos a la manera como el Señor se comunica con nosotros, para poder recibir también al Espíritu Santo. En este camino tenemos una maestra, acerquémonos a ella, dejemos que nos enseñe a vivir la vida cristiana.

Dios no te deja solo

Sucedía entonces algo que José no comprendía, no podía entender aquél acontecimiento de María esperando un hijo, y este buen hombre, "justo" lo llama el Evangelio, discurría acerca de qué hacer, al punto de pensar en dejarla en secreto, y claramente dice San Mateo que José pensaba en estas cosas. Suele pasarnos, con las distancias del caso, que también dedicamos momentos a pensar en cosas que no comprendemos y le damos vueltas y vueltas, y es cuando el Señor responde, como lo hizo con José, Dios no nos deja solos, nos conoce, sabe de nuestras debilidades, de nuestra pobreza, dificultades, capacidades, sabe hasta dónde podemos llegar, él en esos momentos en los que pensamos y pensamos sobre esas cosas que no comprendemos es que sale a ayudarnos. Como el Ángel que se aparece a José, con nosotros Dios tiene sus propias formas de comunicarse. El Evangelio nos da un presupuesto que debemos vivir para reconocer las acciones del Señor que viene en nuestra ayuda, ser justos, como S...

Jesús ha venido a salvarnos

"Le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" escuchamos hoy en el Evangelio de San Mateo, para esto ha venido el Señor para salvar a su pueblo del pecado. Jesús es el nombre de nuestro salvador, ésa es su misión, salvarnos. Nos encontramos en un mundo que con su propia bulla, sus propios ritmos y astucias ha ido callando o interrumpiendo la fuerza de este mensaje que el Ángel le hace a San José. Nuestra debilidad ha sucumbido muchas veces probablemente a ése ritmo, pero es momento, es tiempo, en el Adviento de volver a él, de convertirnos, de dejarnos salvar. En 2022 seguimos publicando por aquí: Instagram:  @meditaconlabiblia  | Facebook:  MeditaconlaBiblia  |  linktr.ee/meditaconlabiblia

Estar pendiente de su Palabra

Estar pendiente de algo implica estar preocupado, atento en algo que se espera, hay mucha expectativa sobre ese "algo" por esta razón nuestra atención se dirige hacia ello. En el Evangelio de hoy ( Lucas 19, 45-48 ) hacia la última línea se da una clave que llama la atención; además de la actitud del Señor en respuesta a la poca reverencia frente a la casa de Dios, que es una casa de oración, se trata ahora de los sumos sacerdotes, letrados y senadores del pueblo quienes querían hacer algo en contra de Jesús, para quitárselo de en medio y dice el Evangelio que "se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios". La actitud del Pueblo es la que despierta la atención, ellos tenían expectativa en lo que el Señor Jesús pronunciaba, esperaban su Palabra, estaban pendientes de sus labios. ¿Es esta nuestra actitud? ¿Nos preocupamos por escuchar con atención sus enseñanzas?

Dulzura y ardor

 "...al paladar será dulce como la miel, pero en el estómago sentirás ardor" le dice el ángel a Juan en la primera lectura que meditamos en la Liturgia de la Palabra de hoy ( Apocalípsis 10, 8-11 ), entonces Juan hizo lo aconsejado y experimentó lo descrito, luego de ello se le dijo: "Tienes que profetizar todavía contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes". Lo que Juan sintió dulce como la miel era el librito que le fue dicho que se lo coma. Éste es dulce al paladar, pero luego de esa dulzura viene un ardor que es lo que nos impulsa al anuncio, como queda dicho en la misión que se le propone a Juan luego de su experiencia. A él se le invita a profetizar, a nosotros se nos pide anunciar, no debemos quedarnos en la dulzura solamente, se produce el ardor cuando hemos digerido en el estómago, cuando hemos masticado y extraído todos los nutrientes que nos da la Palabra de Dios, ése ardor nos impulsa a proclamar, anunciar.

Ayudar a que reconozcan al Señor

Aquellos que reconocemos al Señor Jesús, como el discípulo amado que lo vio de lejos y le dijo a Pedro y a los demás que estaban con él en la barca "es El Señor", o como Juan el Bautista que ve pasar al Señor a lo lejos y le indica a sus discípulos "He ahí el Cordero de Dios", así nos corresponde ayudar a los demás, nuestros hermanos, a reconocerlo, debemos mostrarles quién es el Señor y señalarles donde está. Tenemos que ayudar a que reconozcan la visita de Dios, para que se conviertan y crean en el Evangelio y conozcan la Vida Eterna, la anhelen, se arrepientan de sus pecados con el Señor buscando vivir siempre en adelante aferrados a él. Éste es un camino que también es siempre el nuestro.

Negociad mientras vuelvo

El Señor nos ha pedido que trabajemos con los dones que Él nos ha dado a cada uno. Así nos debe quedar claro al escuchar y meditar el Evangelio que la liturgia nos propone hoy (Lucas 19, 11-28). Comencemos meditando en estas primeras líneas «"Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: "Negociad mientras vuelvo"». Ha dicho el Señor "negociad". El término negocio deriva de las palabras latinas "nec" y "otium", es decir, lo que no es ocio. Se entiende entonces como una ocupación, quehacer o trabajo con una utilidad. El Señor nos ha dado unos dones que debemos poner a trabajar, evidencia al holgazán, él pide nuestra cooperación con esos talentos recibidos, tenemos que ponernos a trabajar con lo que nos ha dado. Él volverá y nos preguntará qué hemos hecho con lo encargado.

¿Qué quieres que haga por ti?

En el Evangelio de hoy podemos descubrir una pronta respuesta de parte del Señor ante un esfuerzo humano por buscar ser curado. Leamos con atención... «Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret. El ciego se puso a gritar: “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!”. Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!”. Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?”. “Señor, que yo vea otra vez”. Y Jesús le dijo: “Recupera la vista, tu fe te ha salvado”. En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios».  (San Lucas 18,35-43).   En primer lugar está el ciego que al escuchar que pasaría cerca de él Jesús de Nazaret...

El Señor nos protege

Que el Señor protege el camino de aquellos que se esfuerzan por ser santos, por cumplir su plan, es una realidad que los cristianos, en medio de las dificultades que se presentan, muchas veces olvidamos. Y sí, nos lo recuerda el salmo 1, que meditamos hoy, cuando dice "el Señor protege el camino de los justos". Así es hermanos, el Señor nos protege, y hay que recordarlo, debemos acudir a él a pedirle auxilio en medio de las dificultades y obstáculos que encontremos en nuestra peregrinación a la Patria Celestial. Algunas oraciones que podemos rezarle a manera de jaculatoria pueden ser: "Protege mi camino Señor", "Auxíliame Señor en las dificultades".

Seremos dichosos...

Hoy meditamos en la liturgia de la Palabra el salmo primero. De su primera estrofa comenzaremos con este extracto: «Dichoso el hombre / que no sigue el consejo de los impíos, / ni entra por la senda de los pecadores, / ni se sienta en la reunión de los cínicos...». ¿Quiénes son estos impíos?  Se trata de personas contrarios a la religión, que no tienen relación con Dios, no viven la piedad. De estos de los que viven apartados de Dios escucharás muchos consejos, nos dice el salmo que será feliz quien no siga justamente estos consejos, son palabras desnutridas del alimento de la verdad. Luego nos señala  también que es dichoso aquel que no sigue por el camino de los pecadores ni se está en una reunión con aquellos que ni vergüenza tienen ya de sus mentiras. Nos presenta el salmo situaciones y espacios que el cristiano debe evitarlos para poder perseverar en el amor a Dios y en su misión de hacer apostolado.

Volvamos al bien

...«tengo en contra tuya que ya no tienes el mismo amor que al principio. Recuerda de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve a proceder como antes». Son estas las últimas palabras en la primera lectura que la liturgia nos propone hoy, tomadas del libro de Apocalipsis. Bien puede servirnos hoy para examinar nuestra conciencia y revisar si tenemos o no el amor a Dios que le teníamos antes, en ese primer momento cuando él salió a nuestro encuentro, si es que no, veamos qué ha sucedido en este tiempo, por qué lo hemos perdido. Es una clave también lo escrito al final, el arrepentimiento de nuestras malas obras, malas acciones, intensiones, y esforzarnos en todo caso por volver a obrar el bien.

El camino de la vida

El camino de la vida cristiana tiene como meta llegar a la vida eterna, pero nadie sabe por donde va cada uno de los caminos, mejor dicho, nuestro propio camino. No está claro para nosotros lo que sucederá en nuestras vidas si quiera el día de mañana, menos en un mes, tampoco para el próximo año. Pero estamos seguros que este camino nos lleva a la vida que anhelamos por toda la eternidad, porque es el camino de Cristo, al que Él nos ha invitado a seguir. Precisamente en esto el salmo que la liturgia nos propone hoy nos da muchas luces cuando dice en su última estrofa "Me enseñarás el sendero de la vida", efectivamente él es el que nos conduce hacia esa vida eterna, entonces a él debemos dirigirnos para pedirle que nos muestre la senda, que nos diga por dónde debemos caminar para llegar a ese camino de la vida.

Dios realmente nos ama y nos quiere salvar

Hacer memoria de nuestras malas acciones nos lleva a ser conscientes de nuestra fragilidad, este ejercicio es recto cuando está iluminado por la memoria de la acción bondadosa de Dios en nuestras vidas permitiéndonos entender que Dios nos quiere infinitamente, él tiene mucho amor por nosotros y nos quiere salvar, como dice san Pablo a Tito "no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia". Esto nos ayuda amonestándonos y alentándonos a ser obedientes, a estar prontos para toda obra buena, a no injuriar, a ser apacibles, a mostrar mansedumbre con todos los hombres, en últimas a asumir el esfuerzo que implica la caridad. En la primera lectura de hoy san Pablo le dice a Tito: "Porque antes también nosotros, con nuestra insensatez y obstinación, íbamos fuera de camino; éramos esclavos de pasiones y placeres de todo género, nos pasábamos la vida fastidiando y comidos de envidia, éramos insoportables y nos odiábamos unos a otros". Vem...

¿Cuál eres tú?

¿Uno de los nueve o de los que como el extranjero regresó para dar gloria a Dios? El Evangelio de hoy, tomado de San Lucas, nos relata el pasaje del encuentro del Señor Jesús con diez leprosos, quienes cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, de paso entre Samaria y Galilea, éstos salieron a su encuentro pidiéndole que los sane, el Señor les respondió que vayan a presentarse donde los sacerdotes y haciendo eso, uno se dio cuenta que había sido curado, entonces regresó dice el Evangelio que éste "se volvió alabando a Dios a grandes gritos, y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias." Entonces el Señor preguntó "¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?". El Señor Jesús nos sana, nos cura de verdad, y a muchos ha curado enfermedades espirituales muy graves y ha sanado heridas profundas que aunque por fuera no se ve como la lepra, son como muchas de las peores enferme...

"Apártate del mal y haz el bien"

Del Salmo 36 Hacer el bien implica que previamente hemos hecho la opción de apartarnos del mal, apartarnos quiere decir separarnos, alejarnos, retirarnos. Para poner por obra lo que meditamos propondremos dos puntos: El primero, alejarnos de las ocasiones del mal, es decir de todos aquellos espacios en donde es propicio actuar mal, en donde nos podemos encontrar en ocasión de cometer algún pecado, de una situación que nos puede hacer faltar a la caridad. Y en segundo lugar, es algo más personal, apartarme de mi propio mal, es decir alejar de mí aquellas obras en donde yo hago mal, hago daño a los demás, me hago daño a mí mismo. Estas acciones se convierten en obstáculos para poder obrar el bien que el Señor me pide. Me corresponde esfuerzo para dejar de hacer lo que está mal y sé por la voz de mi conciencia que está mal, eso nos mantiene en la oscuridad, alejados del Señor.

"Confía en el Señor y haz el bien"

Del Salmo 36 Hacer el bien no es fácil, pues implica ir contra corriente y muchas veces un gran sacrificio de nuestra parte porque vamos contra un mundo acostumbrado al mal, tanto, que ya forma parte de lo cotidiano y no vemos necesario cambiarlo. En algunos casos también produce temor porque definitivamente hay que enfrentar el mal y podría significar un cambio radical en nuestra vida. Todas esas buenas iniciativas, buenos deseos y buenas intenciones se quedarán en el papel o en la conciencia porque el miedo a asumir lo que implican allí las deja. Todo eso sin confianza en Dios no se podrá realizar. Dios nos dice en el salmo de hoy. ¡Confía! y haz el bien. Confianza significará lanzarnos, aunque siga el temor humano, confiando más bien que el Señor actuará, que siempre estará con sus hijos y no los abandonará, menos en un proyecto que él lo inspire.

¿Practicar el bien?

¿Qué pasaría si formáramos parte un pueblo fervorosamente entregado a practicar el bien? El ejemplo definitivamente arrastra, el testimonio de vida que nos podemos dar mutuamente cuando obramos bien, cuando nuestras buenas intenciones, ya sea en silencio o de manera explícita, obran, hay algo que va cambiando. Como cuando un niño observa que arrojamos la cáscara de una fruta en el basurero y aprende, o las personas que viven con nosotros y ven que nuestro trato siempre es amable, ellos aprenden, así el testimonio arrastra. Sobre esto nos llama la atención hoy San Pablo en su carta a Tito, que lo escucharemos en la primera lectura de la liturgia de la Palabra. Hagamos esta opción, entreguémonos desde hoy a practicar el bien, nos daremos cuenta que comenzará a costar, pero debemos perseverar en nuestra elección para que de frutos.

¿Cómo amar al Señor?

Luego de meditar el Evangelio de ayer Domingo me pregunté ¿Cómo amar al Señor, mi Dios, con todo mi corazón, alma y mente, con todo mi ser? Se viene a mi mente además la experiencia de Simón, Pedro, nuestro primer Papa, cuando el Señor le pregunta tres veces ¿Pedro, me amas? y él responde te quiero Señor. Quiero compartir aquí la explicación del Papa Benedicto XVI sobre este pasaje. «La primera vez, Jesús pregunta a Pedro: "Simón..., ¿me amas" (agapâs-me) con este amor total e incondicional? (cf. Jn 21, 15). Antes de la experiencia de la traición, el Apóstol ciertamente habría dicho: "Te amo (agapô-se) incondicionalmente". Ahora que ha experimentado la amarga tristeza de la infidelidad, el drama de su propia debilidad, dice con humildad: "Señor, te quiero (filô-se)", es decir, "te amo con mi pobre amor humano". Cristo insiste: "Simón, ¿me amas con este amor total que yo quiero?". Y Pedro repite la respuesta de su humilde amor humano: ...

Jesucristo, centro de nuestras vidas

Continuamos meditando el Evangelio del Domingo 4 de noviembre (Mc 12, 28-34), específicamente en la respuesta del Señor Jesús al escriba que hace la pregunta sobre qué mandamiento será el primero de todos. Ahora fijémonos en las palabras "el Señor, nuestro Dios, es el único Señor". ¿Lo es? ¿Es Jesucristo el centro de nuestras vidas? En todo caso esto se notará en nuestra vida cotidiana, pues el mundo también presenta algunos "señores" a los que mucha gente acoge y le da espacio en su vida. Se trata de falsos señores, pues te prometen algo que no son capaces de darte, te prometen vida y no te la dan, más bien al cabo de un tiempo se obtiene la muerte. Si es que Jesucristo es el centro de nuestras vidas es algo que se verá en cada obra que hagamos, cada manera de hablar, de relacionarnos con los demás.

¿Escuchas?

La primera palabra con la que el Señor Jesús responde al escriba pertenece a las Escrituras del antiguo testamento "Escucha Israel" recordadas también hoy en la primera lectura tomada del libro de Deuteronomio. Pues lo que viene es importante para nuestra vida. "Escucha" entonces es la palabra que en primer lugar nos invita a meditar respecto a esta actitud ¿la vivimos? ¿escuchamos a los demás? o sólo nos dedicamos a hablar y hablar y que los demás nos escuchen. Esta palabra exige dejar de ser el centro para dirigir nuestros sentidos hacia otro. El Señor nos pide hoy en primer lugar que nos ejercitemos en la escucha, escuchando a los demás iremos educándonos y así prestaremos mayor y mejor atención a la Palabra Divina, la Palabra de Dios, esa Palabra que nos guía y orienta en la vida para andar por buen camino. Vivamos la escucha. Nos ayudará hacer silencio, callar, dejar de ser el centro, mirar a otros, callar y escuchar a otros, poco a poco veremos como este eje...

Como lo dijo, Él está siempre con nosotros

El Señor Jesús le dijo a sus apóstoles, y en ellos también a nosotros, que estaría con ellos hasta el fin de los tiempos. El salmo de hoy, en su última estrofa nos ayuda a recordar este pasaje cuando dice "El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan". Hay que pasar por algunas tormentas, como los discípulos del Señor, para entender mejor estas palabras del salmo 144. Es difícil confiar cuando estamos en una pequeña barca en medio de un mar agitado y movido, justamente allí también el Señor nos pregunta "¿Por qué tienen miedo?" y debería continuar: si están conmigo. Aunque lo que veían sus ojos es que el Señor dormía en la barca mientras sucedía la tormenta. Así sucede también hoy, nuestros sentidos en un momento de tormenta no perciben al Señor, no perciben su presencia, nos asustamos, nos da miedo, podemos saber que está allí, pero lo percibimos "dormido", incluso renegamos preguntando ¿Por qué no haces algo? ¿Hasta cuándo se...

Sirvamos de buena gana

Una buena pauta para el servicio en lo cotidiano, sea como hijos, hermanos, empleados, etc., nos la da hoy san Pablo en esta primera lectura, debemos servir y trabajar de buena gana como quienes sirven al Señor y no a los hombres. Como decía el santo "contentos Señor contentos". Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios (6, 1-9) Hijos, obedezcan a sus padres por amor al Señor, porque eso es justo. Honrarás a tu padre y a tu madre es un mandamiento muy importante, que lleva consigo esta promesa:Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra.Padres, no exasperen a sus hijos; más bien fórmenlos y corríjanlos, para educarlos bien, como el Señor quiere. Esclavos, obedezcan a sus amos de este mundo con docilidad, respeto y sencillez de corazón, como a Cristo; no sólo cuando los están mirando, ni sólo para quedar bien con ellos, sino como esclavos de Cristo, que cumplen de corazón la voluntad de Dios. Sírvanles, pues, de buena gana, como quien sirv...

Obras de la carne y obras del Espíritu

Hay obras de la carne y obras del Espíritu, San Pablo en la primera lectura que nos toca meditar en la liturgia de hoy (Gál 5, 18-25) nos dice, al hablarle a los gálatas, que debemos esforzarnos por seguir al Espíritu. Se trata de dejar las obras de la carne y buscar más bien vivir las obras del Espíritu. Él nos da algunas claves. Primero nos enseña a identificar las obras de la carne. Dice que estas obras son: la fornicación, la impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, contiendas, envidias, rencores, rivalidades, partidismo, sectarismo, discordias, borracheras, orgías y cosas por el estilo. Luego, nos indica las obras del Espíritu: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí. La pregunta que aquí debemos hacernos es ¿Qué queremos vivir? Obras de la carne o las obras del Espíritu ¿Cuáles son las que verdaderamente nos realizan? El Apóstol nos da una segunda clave cuando nos dice, a manera de advertencia: "Y los...

Nada que nos aparte de él y nada que lo ofenda

En la primera lectura que la liturgia nos propone hoy nos encontramos, hacia el final, con esta frase... «dame tan sólo lo necesario para vivir, no sea que la abundancia me aparte de ti y me haga olvidarte; no sea que la pobreza me obligue a robar y me lleve a ofenderte». Vemos que el centro sobre el que gira la idea es el Señor Jesús, esta es una buena clave que nos ofrece proverbios para aprender a poner en todas nuestras cosas a Cristo como centro. Se trata de buscar siempre que nada nos aparte del Señor y que nada nos lleve a hacer algo que lo ofenda. En este sentido la oración reza pidiendo que Dios no les conceda abundancia de tal manera que a causa de ella terminen apartándose del Señor y tampoco pobreza porque la necesidad puede conducir a hacer cosas que sean inmorales, con el fin de sobrevivir, la lectura propone por ejemplo el robo. Nuestra oración de petición y de acción debe darse teniendo como esencia que nada nos aparte del Señor y que por nada lo ofendamos.

Instrúyeme, enséñame y guíame

Meditando el salmo que nos propone la liturgia de la Palabra de hoy aprenderemos a dirigirnos al Señor con tres invocaciones, sencillas, fáciles de recordar y que nos ayudarán a tener presente al Señor en cada una de las cosas que realicemos en este día. Salmo Responsorial: 118 R: "Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos."  Dichoso el que, con vida intachable, / camina en la voluntad del Señor. R. Instrúyeme en el camino de tus decretos, / y meditaré tus maravillas. R. Escogí el camino verdadero, / deseé tus mandamientos. R. Enséñame a cumplir tu voluntad / y a guardarla de todo corazón. R. Guíame por la senda de tus mandatos, / porque ella es mi gozo. R. Cumpliré sin cesar tu voluntad, / por siempre jamás. R Necesitamos que sea el Señor quien nos eduque, quien nos forme, sobre todo en el camino de ir cumpliendo el Plan que él tiene para nosotros, en este sentido es que debemos pedirle que nos INSTRUYA en el camino de sus decretos para poder caminar cumplien...

Proceder con rectitud y con justicia

Es bueno escuchar la Palabra de Dios pues con ella nos vamos educando a obrar bien, rectamente, como el Señor quiere y prefiere que obremos. Aprendamos pues de lo que nos dice la primera lectura de hoy:  Lectura del libro de los Proverbios (21, 1-6. 10-13) . Proceder con rectitud y con justicia es lo que nos pide nuestro Señor Jesucristo, esto es más grato a sus ojos, que hacer sacrificios. Luego la lectura del libro de los proverbios nos dicta algunas pautas que nos sirven como criterios para proceder con rectitud. En aquellos que tienen mirada altanera encontraremos un corazón arrogante. La maldad del pecador la podremos reconocer en la mirada. Si quieres lograr abundancia es mejor proceder con diligencia. El perezoso nunca saldrá de la pobreza y esto no sólo aplicado a lo material, sino también aplíquese en lo espiritual. Cuando te sirves de la mentira para lograr algo los frutos serán humo.

La mirada humilde de San Pablo

San Pablo nos enseña, en la primera lectura de la liturgia de la Palabra de hoy, que el Evangelio nos salva, no sólo se trata de escucharlo, sino de acogerlo, que implica creer y poner por obra lo que escuchamos. De lo contrario dice el Apóstol, habrán creído en vano. Entonces se trata de creer en lo que el ha predicado y esto es que "Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día", él comienza a narrar luego que el Señor resucitado se apareció a muchos. En esta parte es interesante ver en San Pablo una mirada de humildad hacia sí, pues es consciente de lo que ha hecho antes, sabe bien lo que era -perseguía a la Iglesia de Dios- y a su vez reconoce que es Cristo quien lo ha llamado y quien lo ha invitado a hacer lo que hace, ser de los que lleven el Evangelio a muchas personas, a recorrer diversos lugares para predicar el Evangelio que le ha sido trasmitido. Entonces San Pablo dice «pero por la gracia de Dios soy lo q...

Somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño

Me detengo a meditar hoy en nuestra pertenencia a Dios, lo aborda el salmo que la liturgia nos propone en una de sus estrofas cuando dice «sabed que el Señor es Dios: / que él nos hizo y somos suyos, / su pueblo y ovejas de su rebaño». El Señor que es Dios es quien nos ha hecho. Meditaremos esta línea en tres ideas que terminan siendo tres figuras para expresar la pertenencia a Dios. Somos suyos Es bueno recordar de quién somos, así como llevamos dos apellidos que ahora nos recuerdan y a toda la sociedad que somos de unos padres, que pertenecemos al Sr. tal y a doña tal. Por nuestros apellidos los demás reconocen que somos hijos de un padre y madre. Así, recordemos hoy que somos de Dios, somos suyos, él nos ha hecho, no podemos olvidarnos de esto. Somos su pueblo No sólo somos de Dios sino que además somos el pueblo que entre todos él se ha escogido, somos su pueblo elegido. Dios invita ahora a muchos a vivir en su pueblo, pero hay de los que no reconocen la invitación, como de...

En la tristeza y en la angustia el Señor nos salva

Cada día que pasa descubrimos que un día tiene sus propios afanes, descubrimos que hay problemas, dificultades, obstáculos, descubrimos también tentaciones, ataques cuando uno ha hecho la opción de un estilo de vida cristiano y mientras uno más se compromete más difícil a veces se pone la vida, en fin, esta segunda y tercera estrofa del salmo que nos presenta la liturgia de la Palabra de hoy (149, 1-9) nos ayuda a ver que el Señor verdaderamente interviene y está presente en estos momentos cuando nosotros de corazón y con fe, en la oración personal, lo invocamos. Me envolvían redes de muerte,    me alcanzaron los lazos del abismo,    caí en tristeza y en angustia.    Invoqué el nombre del Señor:    “Señor, salva mi vida”.  El Señor es benigno y justo,    nuestro Dios es compasivo;    el Señor guarda a los sencillos:    estando yo sin fuerzas, me salvó. Mucha gente hoy cae en tristeza y angustia ante l...

Cuando el hombre pide ayuda a Dios

El salmo que la liturgia de la Palabra nos presenta hoy sábado, fiesta de Nuestra Señora de los dolores, nos permite meditar acerca de las frases de exclamación de ayuda que podemos dirigir a nuestro Padre que está en los Cielos, mirando hacia lo alto, en el encuentro con él en medio de nuestra oración, cuando nos topamos con esta experiencia cotidiana de necesidad de ayuda, de guía, de orientación, porque nos damos cuenta que solos no podemos. Nos sirve de mucho tener frases de la Sagrada Escritura con las que podamos responder a las tentaciones y diversas dificultades que encontramos en el camino de nuestra vida cristiana. Algunas de estas las escribo a continuación para tenerlas a manera de jaculatorias: Inclina tu oído hacia mí. Ven a prisa a liberarme. Por tu Nombre, dirígeme, guíame. Sácame de la red que me han tendido. Yo confío en tí, Señor. Líbrame de los enemigos que me persiguen. Y a continuación el salmo para que puedan rezarlo completo. Salmo 30:  ...

El Señor nos conoce ¿dejamos que él nos guíe a la santidad?

Hoy, jueves eucarístico, el Señor nos regala en la liturgia de la Palabra, a través del salmo, algunas direcciones para la oración ante él, expuesto a nuestros ojos en la santísima eucaristía, encontraremos lo señalado en la primera y la última estrofa del salmo. Meditemos pues estas estrofas. Señor, tú me sondeas y me conoces; / me conoces cuando me siento o me levanto, / de lejos penetras mis pensamientos; / distingues mi camino y mi descanso, / todas mis sendas te son familiares. R.  Él nos conoce, ciertamente, y la palabra sondear es una conjugación de sondar que significa hacer las primeras averiguaciones sobre alguien o algo, en este sentido el Señor Jesús sondea nuestro pensamiento porque los penetra, partiendo de esta premisa ¿cómo no acercarnos a aquél que me conoce a tal punto? ¿cómo no dirigirme a él para preguntarle si lo que hago está bien, si voy por el camino que él ha trazado para mí? Esta primera estrofa puede hoy ser la introducción a nuestras oraciones persona...

Que nuestros asuntos no sean juzgados por el mundo

Estando en una comunidad cristiana, ya no es el mundo quien debe juzgar nuestras acciones, pues el mundo juzga con sus criterios, y éstos no son buenos, los miembros de una comunidad cristiana se esfuerzan por juzgar con los criterios dados en el Evangelio por nuestro Señor Jesucristo. Entonces, si es que ya participamos en una parroquia, movimiento, grupo, asociación católica ¿por qué seguir llevando nuestros asuntos al mundo? ¿Acaso queremos escuchar algo que en el fondo nuestro hombre viejo quiere escuchar? llevemos nuestros asuntos a miembros de nuestra comunidad, en ellos encontraremos buenos consejos. Lo cuestiona San Pablo hoy en  la primera carta que dirige a los corintios (6, 1-11) «Hermanos: Cuando alguno de ustedes tiene algo contra un hermano, ¿cómo se atreve a llevar el asunto ante los tribunales paganos y no ante los hermanos?...» No debemos llevar nuestros asuntos al mundo ni los asuntos de nuestros hermanos. El mundo no juzga con la verdad...

No olvidemos lo que hace el Señor

No olvidemos hermanos lo que el Señor Jesucristo ha hecho y sigue haciendo por nosotros. Él ha actuado en nuestra vida, a muchos nos ha perdonado pecados muy graves, pues a veces por estar insertados en el ritmo que marca el mundo, que es acelerado, nos puede pasar que no recordemos lo que Dios ha hecho por nosotros y de dónde nos ha rescatado muchas veces, desde el primer momento cuando nos encontramos con él hasta ahora cuando tropezamos. San Pablo nos invita hoy a reparar en esto cuando dice en el final de la lectura de su primera carta a los corintios (6, 1-11) «No se engañen: ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores tendrán parte en el Reino de Dios. Y eso eran algunos de ustedes. Pero han sido lavados, consagrados y justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por medio del Espíritu de nuestro Dios». Hemos sido pues, lavados,...

Es Dios quien nos hace crecer - Segunda parte

Continuamos con la meditación de la segunda parte de la carta del Apóstol San Pablo a los Corintios. Para recordarla volvemos a poner la cita. Ahora fijémonos en el segundo párrafo. I Corintios 3, 1-9 «Hermanos, no pude hablaros como a hombres de espíritu, sino como a gente carnal, como a niños en Cristo. Por eso os alimenté con leche, no con comida, porque no estabais para más. Por supuesto, tampoco ahora, que seguís los instintos carnales. Mientras haya entre vosotros envidias y contiendas, es que os guían los instintos carnales y que procedéis según lo humano.  Cuando uno dice "yo soy de Pablo" y otro, "yo de Apolo", ¿no estáis procediendo según lo humano? En fin de cuentas, ¿qué es Apolo y qué es Pablo? Ministros que os llevaron a la fe, cada uno como le encargó el Señor. Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer; por tanto, el que planta no significa nada ni el que riega tampoco; cuenta el que hace crecer, o sea, Dios. El que planta y el que ...

Es Dios quien nos hace crecer - Primera parte

San Pablo nos da hoy una hermosa catequesis en esta carta a los Corintios, primero invitándonos a dar un paso, a madurar para poder recibir la comida y dejar la leche, como los niños que de la leche pasan luego a algo más, nos exhorta a dejar de proceder según lo humano. Esto es tarea nuestra, en donde ayudados y auxiliados siempre por la gracia de Dios, importa nuestros esfuerzos, Dios no deja de estar allí, con nosotros, él es quien nos hará crecer. Leamos la cita... I Corintios 3, 1-9 «Hermanos, no pude hablaros como a hombres de espíritu, sino como a gente carnal, como a niños en Cristo. Por eso os alimenté con leche, no con comida, porque no estabais para más. Por supuesto, tampoco ahora, que seguís los instintos carnales. Mientras haya entre vosotros envidias y contiendas, es que os guían los instintos carnales y que procedéis según lo humano.  Cuando uno dice "yo soy de Pablo" y otro, "yo de Apolo", ¿no estáis procediendo según lo humano? En fin de cu...

¿Qué tiene su Palabra?

En el Evangelio que meditamos hoy, tomado de  Lucas 4, 31-37  "Sé quién eres: el Santo de Dios", escucharemos que el Señor Jesús, al bajar a Cafarnaúm, y allí los sábados enseñaba a la gente, y San Lucas destaca que la gente se quedaba asombrada porque el Señor hablaba con autoridad, luego nos pone ante la realidad de un hombre endemoniado, en esta parte sucede un diálogo entre el Señor y el demonio que habitaba en este hombre, en donde frente a los reconocimientos que el demonio hacía "¿qué quieres de nosotros Jesús nazareno? ¿Haz venido a destruirnos? Sé quien eres el santo de Dios" Jesús le dice: "Cierra la boca y sal", luego el demonio sale sin hacer daño al hombre en el que había estado. Es aquí cuando todos comentan y se preguntan "¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen". Se trata de la Palabra del Señor Jesús, la que hoy tenemos en la Sagrada Escritura, en los Evangelios, y se nos procla...

El Señor nos sostiene, él nos endereza

Muchas veces nos cuesta entrar a una dimensión nuestra en la que nos vemos débiles y frágiles, cuando nos damos cuenta que nos sucede rechazamos la posibilidad de entrar un poco más en esto o simplemente damos vuelta a la página. Es una realidad humana, somos frágiles, más bien cuando no lo vemos así podría pasar que cueste más acudir a un Señor misericordioso, a un Señor que nos perdona y está dispuesto a auxiliarnos siempre. El salmo que meditamos en la liturgia de hoy es el 144 ( ver ). Al comenzar a rezarlo nos topamos con el amor misericordioso de Dios, pues efectivamente él es clemente, misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad, él es cariñoso con todas sus criaturas, con todos, comprendamos esto, abramos nuestra mente y corazón a esta realidad, con todos el Señor es así. Y justamente viendo nuestra realidad frágil y débil, y levantando la mirada en medio de esto, nos encontraremos con un Dios amoroso que sale a nuestro encuentro, lo dice el mismo salmo en el últim...

Lo que ganamos al meditar la Palabra de Dios

El salmo que meditamos en la liturgia de hoy nos plantea algunos de los frutos que alcanzamos cuando meditamos la Palabra de Dios constantemente. Salmo Responsorial: 118 "¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!"  ¡Cuánto amo tu voluntad!: / todo el día estoy meditando. R. Tu mandato me hace más sabio que mis enemigos, / siempre me acompaña. R. Soy más docto que todos mis maestros, / porque medito tus preceptos. R. Soy más sagaz que los ancianos, / porque cumplo tus leyes. R. Aparto mi pie de toda senda mala, / para guardar tu palabra. R. No me aparto de tus mandamientos, / porque tú me has instruido. R. Nos hace más sabios, doctos y sagaces nos dice esta parte del salmo 118. Recurriendo al diccionario nos encontraremos con algunos significados sobre estas palabras que nos ayudarán a entender un poco más estos frutos que nos da la meditación de las leyes del Señor, de sus preceptos y mandatos que los encontramos en su Palabra, en la Sagrada Escritura. Veamos, sabios porque ...

Que nuestra fe se apoye en el poder de Dios

De la primera lectura para el día de hoy... I Corintios 2, 1-5   Yo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado.   Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Ví una película sobre la vida del papa Juan Pablo I y meditando esta cita de la carta de San Pablo a los Corintios pienso en la vida de este gran hombre Albino Luciani, que no hace otra cosa en su papado que mostrarnos el poder de Dios, podríamos decir como a través de otros nuestro Señor lo ha hecho, entenderemos al conocer un poco más sobre la vida de estos hombres que entregaron sus vidas en las manos de Dios y el Espíritu Santo er...

¿Qué he de hacer para estar en tu casa Señor?

La meta del caminante es llegar a un lugar con techo y poder reposar allí lo desgastado durante todo el camino, y de esto en muchos de los salmos encontramos referencias a cómo hacer para estar en la casa del Señor, ya lo propone el salmo que corresponde a este Domingo ¿Quién puede hospedarse en tu casa Señor? Es la pregunta que haría un caminante al encontrar en su camino una casa para descansar ¿Puedo hospedarme en tu casa? ¿Qué he de hacer para poder hacerlo? De esta manera hablando de la Casa del Padre a la que nosotros, como caminantes, nos dirigimos peregrinando en esta vida, le preguntaremos entonces hoy al Señor como lo hace el salmista ¿Qué he de hacer para estar en tu casa Señor? Y nos responde con el salmo... El que procede honradamente    y practica la justicia ,    el que tiene intenciones leales    y no calumnia con su lengua. El que no hace mal a su prójimo    ni difama al vecino,    el que considera des...

Dos acciones y dos actitudes para entrar al Reino de los Cielos

El Evangelio de hoy nos da algunas lecciones sobre cómo es esto de el Reino de los Cielos que tantas veces escuchamos. Los invito a leer antes la cita de San Mateo, antes de continuar. Entonces el Señor comienza diciendo que el Reino de los Cielos se parecerá a diez muchachas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al novio. Antes de continuar es bueno destacar en esta línea dos acciones, primero "tomaron sus lámparas" y segundo "salieron a esperar", pues en esto el Señor ya nos va describiendo algunas actitudes que debemos aprender. La lámpara y la espera, salir al encuentro La lámpara es un instrumento que sirve para iluminar en la oscuridad, en la noche, para que esto suceda debe seguirse una preparación, es decir, debe tener aceite, la mecha debe estar limpia, empapada de aceite para que pueda encender, y luego con el fuego esta enciende e ilumina. El Señor usa la figura de una lámpara como un instrumento necesario para que las vírgenes que esperaban ...

La excelencia del conocimiento de Cristo

Hoy muchos profesionales, incluso diría desde estudiantes universitarios, quienes buscan la excelencia en el aprendizaje y desempeño de lo que hacen, según la profesión que estudian o que ejercen. También está esto impreso en el acento de los cursos, diplomados, maestrías, especialidades, doctorados que el mundo académico propone al egresado y ya profesional.  Alcanzar la excelencia en el conocimiento de esta información que reciben les permitirá a los estudiantes desempeñarse mejor, desarrollarse y desenvolverse de la mejor manera en la acción que pide su profesión. San Pablo nos presenta en Flp 3, 8 - 14 algo que a cualquiera que esté inmerso en la corriente descrita en el párrafo anterior le resultará muy radical y fuerte.  Dice "Hermanos: Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor". Más adelante dirá "todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él".  San Pablo de Tarso era un hombre preparado ...

Consejos necesarios para el camino

Los buenos consejos son necesarios en el camino que vamos caminando, pues inexperto caminante va sin saber y muchas veces se cree que sabe y sigue malas opciones, vienen bien entonces ahora los consejos que nos da la primera lectura que hoy toca en Perú, al celebrarse a Santa Rosa de Lima (Eclo 3, 17 - 24). La idea es que en el camino el caminante vaya logrando madurez para dar fruto más adelante, en esto los consejos ayudan para dar cada paso. Veamos. Creo oportuno nombrarlas a manera de lista en cursiva y junto a cada punto ir meditando: En tus asuntos procede con humildad . Los asuntos de cada hombre, tareas, trabajos, pide este primer consejo proceder con humildad, es decir con verdad, implica pues un contacto con la verdad, es la luz que debe iluminar al caminante, si algo sale mal reconocer las deficiencias de un proceder pero resaltar también lo positivo que queda para seguir adelante, muchas veces se termina dando mayor peso a las cosas negativas. Hazte pequeño en las gr...

Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo

El Evangelio de hoy nos narra, según el evangelista San Marcos lo sucedido a Juan el bautista y cómo este encuentra la muerte a causa del anuncio y defensa de la verdad. Ahora quiero resaltar la parte subrayada del texto de la cita del Evangelio que meditamos en este día. «En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto ». (Mc 6, 17-29) Hoy nos podemos encontrar con un panorama también similar hasta un punto -diría- en donde la defensa de la verdad se encuentra con una respuesta del mundo fuerte, que causa golpes que a muchos asusta y terminan...

Limpiate por dentro

Nos encontramos hoy con una realidad dura esta que denuncia el Señor Jesús, describe una enfermedad que se da al interior del ser humano y muchas veces las dejamos pasar sin hacer mucho, se trata de filtrar malas acciones pequeñas de los demás, juzgamos con fuerza, hablamos mal y más bien nosotros dejamos pasar acciones malas grandes, Jesús nos lo dice, es como filtrar un mosquito y dejar pasar un camello. Esto nos lleva a ser hipócritas . Mientras que por dentro estamos llenos de codicia y desenfreno, por fuera no sólo aparentamos otra cosa, sino que exigimos a los demás algo que no nos esforzamos por vivir. Por esto el Señor nos pide hoy que más bien nos esforcemos por limpiar la copa por dentro para que también por fuera esté limpia. ¿Cómo podemos hacer esto? Cuando lavas una copa sucia, lo primero que haces es insertarla en el agua y luego con un poco de detergente para lavar aplicamos la esponja y frotamos el vidrio de tal manera que quede limpio, eso se va viendo, vemo...

Lo hemos encontrado, ven y verás

Felipe experimenta una alegría profunda, es lo que se podría decir de lo dicho por el Evangelio de hoy. Vemos que se encuentra con Natanael y le comparte esta alegría cuando le dice "Aquél de quienr escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado". Luego ante la reacción y respuesta a modo de pregunta que hace Natanael, Felipe le dice "ven y verás". Podemos descubrir en las palabras de Felipe unas palabras de enseñanza para los discípulos de hoy, para aquellos que nos dedicamos al apostolado, es decir a hablar al mundo sobre Cristo, a explicarles el Evangelio, a contarles a cerca de su Palabra, a esforzarnos por hacer vida el Evangelio. Esta enseñanza la hallamos en las dos respuestas de Felipe. En primer lugar "lo hemos encontrado", pues la alegría que podríamos captar en sus palabras a Natanael no podrían provenir sino de un encuentro con una persona que ha colmado su interior. Nos deja claro Felipe que lo primero es un encuentro ver...

Cuidemos nuestro traje de fiesta

A cada uno de sus hijos, es decir a nosotros, Dios nos ha enviado con un traje de fiesta, y estamos caminando con ese traje, se trata de un buen traje, con él seremos identificados para entrar a la fiesta. Me refiero por su puesto, a la fiesta a la que convoca el rey del que habla el Señor Jesús en la parábola de hoy en la lectura del Evangelio . Nos dice el Señor que luego que el rey viera que la boda estaba lista y no había invitados, mandó a los sirvientes a los cruces de los caminos para invitar a todos los que encuentren, así lo hicieron, fueron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. Entonces cuando entró a la sala del banquete, vio que estaba llena de invitados, y entre ellos se dio cuenta que había algunos que no llevaban el traje de fiesta, a esos los arrojó de la fiesta. Con ese traje que Dios nos ha dado, estamos caminando, el asunto es que en el camino hay muchas oportunidades y ocasiones para ensuciarlo y cuando perdemos de vista que el t...

"Dios lo puede todo" ¿creemos en estas palabras?

Meditando en la primera parte del Evangelio de hoy , vemos lo difícil que se presenta entrar al Reino de los Cielos, según presenta el Señor Jesús en el caso de los ricos, aquellos que poseen muchos bienes, al escuchar los discípulos lo que dice Jesús se quedan sorprendidos y entonces preguntan "¿quién puede salvarse?". El Señor mirándolos "fijamente" dice el Evangelio, les dice: "para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo". Y estas palabras del Señor nos invitan a reflexionar sobre la reacción del hombre cuando se encuentra con lo imposible, ante una falta de ejercicio de la humildad que es vivir en verdad, reconociendo nuestros errores, como nuestras capacidades y habilidades, es decir reconociendo lo bueno y lo malo, entonces ¿qué hacemos? En el camino en busca de la felicidad muchas veces nos tropezamos, nos caemos, casi todos los días nos encontramos con imposibles, vemos que de veras es imposible seguir, y pensamos así es imposible salv...

Nuestras habilidades y talentos deben estar dirigidos al bien de los demás

Me parece interesante encontrar en la primera lectura del día de hoy, tomada del libro del profeta Ezequiel, que el hombre cuando con su talento y habilidad se hace una fortuna, acumula tesoros, con su "agudo talento" se dedica a acrecentar su fortuna nada más, y deja que su corazón se llene de soberbia y de presunción, comienzan los problemas. Queda claro que el problema no está en poseer los bienes, sino cuando el talento y la habilidad que hemos recibido se vuelcan totalmente hacia ellos, como es el caso que se nos presenta en esta lectura. Pues la habilidad y talentos deben estar dirigidos al bien de los demás, en esto conseguimos un bien propio, cuando realmente buscamos la felicidad para los demás, cuando servimos, cuando teniendo recursos pensamos en las necesidades que tienen otros que carecen de estos recursos que gracias, también, a nuestras habilidades y talentos, hemos conseguido. Pero la alegría la encontraremos cuando pongamos eso al servicio del bien de los d...

¿En quién tengo puesta mi seguridad?

En la primera lectura de hoy escuchamos las palabras del profeta Ezequiel dirigida a la Jerusalén, veo en estas palabras relaciones con nosotros en este tiempo. «Te bañé, te limpié la sangre, y te ungí con aceite. Te vestí de bordado, te calcé de marsopa; te ceñí de lino, te revestí de seda. Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar al cuello. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en las orejas y diadema de lujo en la cabeza. Lucías joyas de oro y plata, y vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de harina, miel y aceite; estabas guapísima y prosperaste mas que una reina.   Cundió entre los pueblos la fama de tu belleza, completa con las galas con que te atavié -oráculo del Señor-. Te sentiste segura de tu belleza y, amparada en tu fama, fornicaste y te prostituiste con el primero que pasaba.   Pero yo me acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras moza haré contigo una alianza eterna, para que te acuerdes y te sonrojes...

Dios no quiere que uno de sus hijos se pierda

Meditemos una parte de la lectura del Evangelio de hoy... «12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? 13 Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las 99 no descarriadas. 14 De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños». Esta es una segunda parte, pues antes, los discípulos le han preguntado al Señor sobre quién es el mayor en el Reino de los Cielos y Jesús, trayendo un niño a su lado les dice: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos». Ahora el Señor habla sobre aquella oveja que se descarría, que se sale del camino por el que viene caminando, también hacia el Reino, ciertamente, el asunto es que ést...

Hablemos de la Palabra de Dios

En la primera lectura de hoy nos encontramos con esta línea hacia el final de la cita de Ezequiel en donde no hace muchas palabras que comenzó a relatar su visión, «...Y me dijo: Hijo de Adán, anda, vete a la casa de Israel y diles mis palabras». Luego de haberle dado de comer un rollo, según cuenta de su visión, le dice que se dirija al pueblo de Israel y que proclame sus palabras, le pide que le hable a Israel. Cuenta también Ezequiel que cuando recibe el rollo escrito le sabe dulce como la miel, y es así la Palabra de Dios, dulce como la miel, bueno para nosotros, y podemos ver en esta misión del profeta Ezequiel también una para los que meditamos la Palabra de Dios, anunciarla, proclamarla al mundo, hay que hablar de ella, hay que dar testimonio de la Palabra de Dios, de lo que encontramos en la Sagrada Escritura.

Aprendamos de la fe de Pedro

En el Evangelio que meditamos hoy Mt 17, 22 - 27 encontramos también una enseñanza de obediencia a lo mandado o pedido por el Señor Jesús, y lo vemos en la actitud de Pedro. Y me apoyo en un comentario a este Evangelio hecho por San Juan Crisóstomo . «Y así como nos causa asombro la virtud de Cristo, así también debe llenarnos de admiración la fe de Pedro, que obedeció a una cosa tan difícil. Por eso el Señor lo recompensó por su fe y lo incorporó a sí en la paga del impuesto, cosa que le fue sumamente honrosa, por eso dice: "Y abriéndole la boca hallarás un estáter. Dalo por mí y por ti"». (homiliae in Matthaeum, hom.58,2) "Para no dar mal ejemplo", le dice el Señor a Simón antes de darle esta instrucción: ...«ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti"». Entonces Pedro va, y así lo hace. Es una situación cotidiana, estaban llegando a Cafarnaún y los cobrad...

Evitar provocar escándalo

En el Evangelio que la liturgia nos propone hoy lunes 13 de agosto, encontramos un pasaje en el que el Señor Jesús nos enseña a vivir evitando generar escándalos. Algo propio para nuestros tiempos, en donde esto es casi algo cotidiano, porque quizá podemos pensar que también se dan las ocasiones. Veamos lo que le sucede al Señor... «En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos la Galilea, les dijo: "Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres; lo matarán, pero resucitará al tercer día". Ellos se pusieron muy tristes.  Cuando llegaron a Cafarnaúm, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: "¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? Contestó: "Sí". Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?" Contestó "A los extraños". Jesús les dijo: ...

"Levántate y come que el camino es superior a tus fuerzas" - Parte II

Continuemos con el pasaje que estamos meditando... El ángel interrumpe el descanso de Elías debajo de la retama en dos ocasiones, y en ambas le ofrece alimento. Dice el primer libro de los Reyes, que en el primer momento el profeta se levanta y mira en su cabecera un pan cocido sobre piedras y una jarra con agua, entonces comió y bebió, al final de este pasaje leeremos que con la fuerza de aquél alimento caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios. Según lo anunciado por el ángel el caminar del profeta Elías será largo, entendemos que aún sigue en el desierto, por lo tanto recibe lo necesario, pienso que por eso las dos ocasiones del alimento, para todo el camino que le espera, pan y agua, alimento que le da fuerza para que lo sostenga en todo momento. Pensemos ahora en nuestro camino, valdría sí, antes de dejar la historia que estamos siguiendo, preguntarnos  sobre ése pan, qué alimento es ése que lo sostendrá durante todo el caminar, que le servirá para el...

"Levántate y come que el camino es superior a tus fuerzas" - Parte I

Asustado por una persecución que atentaba contra su vida, Elías comienza el camino para salvar su vida, luego de haber dejado a su criado en "Bersebá de Judá", caminó por el desierto una jornada de camino y luego fue a sentarse bajo una retama, que es un arbusto, estando allí Elías, según leemos en el primer libro de los Reyes, "se deseó la muerte y dijo: basta ya, Yahveh, toma mi vida, porque no soy mejor que mis padres", luego se acostó y se quedó dormido bajo la retama. Hasta aquí, es interesante encontrar en la liturgia de este Domingo, en la primera lectura, este pasaje de la vida del profeta Elías, el camino por el desierto ha sido siempre un camino exigente, agotador, que implica desgaste por las características del clima y el territorio desértico, en fin, este pasaje nos puede recordar también el camino de la vida, también es un camino agotador, un camino en el que nos encontramos con nosotros mismos, pues avanzamos solos, como lo hizo el profeta, ya que a...

Crea en mí un corazón puro

Cuando una persona cae en pecado, y más cuando éste es mortal, cae en un estado de desesperanza, en donde las cosas comienzan a perder sentido y trae pensamientos negativos hacia sí, parece que todo comienza a perderse, parece que no habrá salida, lo construido por el Señor, de pronto, para aquél o aquella, se caerá. Naturalmente encuentra esta persona en su interior algo que quiere luchar, y quiere seguir adelante, es un anhelo, un deseo de salir de la fosa, desde donde grita hacia lo alto, y es capaz de repetir lo que el salmista nos invita a rezar hoy con el salmo 50: "Oh Dios, crea en mí un corazón puro, / renuevame por dentro con espíritu firme; / no me arrojes lejos de tu rostro, / no me quites tu santo espíritu." Efectivamente, es sólo él, el Señor, quien puede crear ése corazón en nosotros, es él quien nos puede renovar con espíritu firme. El Salmista desde lo más profundo pide al Señor que no se aleje de él, que no le quite su santo espíritu.

Un corazón quebrantado y humillado

El autor inspirado escribe en el Salmo No. 50, el que hoy meditamos en la Liturgia de la Palabra: "Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias". Somos frágiles, es cierto, somos débiles criaturas de Dios, también esto es cierto. Un espíritu quebrantado describe a una persona que padece un dolor inmenso, que tiene un corazón roto. Y es que las malas acciones, las acciones pecaminosas nos llevan, cuando somos conscientes de ello, a un profundo dolor, el espíritu se quiebra, se quebranta, se rompe, y esta ruptura produce un alejamiento de Dios que se va dando de manera paulatina. Dice el salmista, entonces, que el Señor no desprecia, más bien llama, a aquellos que están con el corazón partido, roto, aquellos, que producto de malas  acciones se van alejando. El Señor quiere a aquellos que viven con el corazón quebrantado y humillado. Hablamos de una persona que se quiere inclinar y pedir perdón. Que ante actos equivocados la...

"Señor, Sálvame"

«Señor, sálvame» le dice Pedro a Jesús al empezar a hundirse debido a que había sentido la fuerza del viento cuando comenzó a caminar sobre el mar. Pedro se da cuenta que es el Señor cuando comienza a caminar sobre las aguas, también sigue consciente que es el Señor cuando el viento se pone fuerte y comienza a hundirse, este momento nos da una enseñanza, que en el seguimiento al llamado del Señor no siempre las cosas van suaves, no siempre todo es tranquilidad, con las aguas calmas, en donde se puede "caminar" tranquilos ante el llamado del Señor quien como a Pedro también nos dice "ven", cuando igualmente nosotros le preguntamos "eres tú Señor". Entonces el viento se pone fuerte y Pedro grita "sálvame", dice luego el Evangelio de San Mateo que el Señor inmediatamente salió a su encuentro «en seguida Jesús, extendió la mano, lo agarró...» Esta escena también nos enseña que el Señor Jesús está atento a nosotros y nos cuida y a penas le pedimos a...